lunes, 27 de febrero de 2012

Un cortafuegos para que no arda España

Javier Benegas [en Vozpopuli.com]
“Es una situación no prevista que hace que se tomen medidas extraordinarias y no previstas", con estas palabras Soraya Sáenz de Santamaría blindaba la comparecencia posterior al consejo de ministros del 30 de diciembre de 2011, en la que el nuevo gobierno decidía, entre otras medidas, la subida del IRPF. Primer golpe en la nueva legislatura a la ya maltrecha economía doméstica de millones de hogares.

La razón, el desastre sin paliativos que sin duda ha sido José Luis Rodríguez Zapatero, responsable en gran medida de que España esté hoy al borde de la bancarrota. Pero ahí terminaba todo. Y a día de hoy seguimos sin dar cabida a cualquier interpretación que pueda poner en evidencia que ha sido el reparto discrecional del poder, y por ende de los dineros, entre los políticos profesionales lo que nos ha llevado a una situación límite no prevista – ¿de verdad no prevista? –, la cual ahora requiere, lamentablemente, sacrificios añadidos que dificultarán aún más la recuperación económica.


Rubalcaba, desesperado, se abraza al “zapaterismo”

Si bien las reformas, más o menos profundas, avanzan a buen ritmo, parece no haber voluntad política en el actual gobierno para depurar responsabilidades en la ruina de comunidades autónomas y ayuntamientos, o de la politización de las cajas, su saqueo y posterior quiebra. Y ningún desalmado se va a sentar en el banquillo por algo más que unos trajes. Es decir, no se entona el imprescindible mea culpa.

"el zapaterismo no se ha exiliado en León sino que sigue vivo en Ferráz por voluntad de un Don Alfredo que no da la talla"

Y es precisamente por esto por lo que la izquierda irresponsable y oportunista, tan nuestra y diferente a la del resto de Europa, invistiéndose de una falsa legitimidad, toma la calle en Valencia y se dispone a hacerlo en el resto de España. Un secuestro en toda regla de la voluntad mayoritaria, dirigido por personajes travestidos de Lenin, cuyo inconfesable anhelo es ganar notoriedad por el camino más rápido – esa Operación Triunfo para jóvenes que también funciona en política – y hacer una buena carrera sin tener que abrir un libro. Y tras el apoyo explícito de Alfredo Pérez Rubalcaba a la algarada, quien como exministro del Interior sabe mejor que nadie los requisitos que son necesarios para poder ocupar legalmente la calle, es evidente que, a falta de mejores ideas, el zapaterismo no se ha exiliado en León sino que sigue vivo en Ferráz por voluntad de un Don Alfredo que no da la talla.

La ejemplaridad no es demagogia

En estos tiempos difíciles, cuando todo es cuestionado y, lejos de rearmarnos con las convicciones correctas, el relativismo gana impulso y amenaza con superar las cotas alcanzadas durante el pasado siglo XX, quienes tienen en sus manos el poder político no deben meter en el saco de la demagogia cuestiones que, pese a ser en apariencia menores por su escasa relevancia económica, tienen una enorme fuerza ejemplarizante. Y no sólo se trata de depurar responsabilidades en comunidades y ayuntamientos sino, también, de las pensiones vitalicias de los expresidentes de gobierno, quienes, con unos ingresos más que notables y la vida resuelta, reciben adicionalmente 80.000 euros anuales provenientes de las arcas de un país que a duras penas puede pagar servicios indispensables. Y qué decir de la sangrante acumulación de sueldos, con cargo al erario público, de la que no pocos políticos disfrutan. Privilegios todos que, en las circunstancias presentes, no sólo son cuestionables sino incluso grotescos.

"superar esta crisis no sólo dependerá del dinero, también empieza a ser una necesidad apremiante esa regeneración mínima que es la depuración de responsabilidades y la ejemplaridad absoluta"

Cierto es que, en comparación con la urgencia de nuestros graves problemas económicos, determinadas medidas pueden parecer una minucia, aunque hoy por hoy cada céntimo de euro cuenta. Sin embargo, su valor no es cuantitativo sino cualitativo. Y cuestionarlas proporciona la fuerza moral imprescindible de cara a exigir más sacrificios. Lo demagógico es pues despreciar estas exigencias argumentando que con ellas no saldremos de pobres. Pues superar esta crisis no sólo dependerá del dinero, también empieza a ser una necesidad apremiante esa regeneración mínima que es la depuración de responsabilidades y la ejemplaridad absoluta. El único cortafuegos eficaz con el que neutralizar a los pirómanos.


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3 comentarios:

  1. El marxismo nunca reconoce sus faltas. El que reconoce es porque su conciencia se lo dice. Como los marxistas no reconocen la conciencia, nunca pueden arrepentirse y por ello cambiar. Su cambio consiste en buscar nuevas fórmulas diferentes a las anteriores sin "historia" o forzar la situación, pero nunca reconocer. Es por eso que tampoco pueden reconciliarse con nadie. Es por todo ello que Rubalcaba toma la calle y no acepta la pérdida de votos, ni reconoce los fallos habidos en el gobierno en el que él era Vicepresidente.

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  2. Exacto. ¿Quiere el PP cortar las revueltas izquierdistas en la calle? ¿Qué precio está dispuesto a pagar?
    Empiece a imputar a un par de docenas de cargos políticos del Gobierno saliente la parte alícuota del fraude y el despilfarro en España y todo el mundo volverá su atención a las barbas del vecino; y luego, pero mucho más tarde, siga por Comunidades Autónomas y Ayuntamientos PP y PSOE.De otro modo...nada. O una insustancial PP sale para decir que ella,claro, no cree que se deba exigir responsabilidad penal a los políticos más allá del veredicto del voto en las urnas. Lo dice casi simultáneamente al instante en el que Zapatero y su "troupe" se van de rositas. ¿
    ¿Por qué no ha disuelto el PP el Consejo de Estado, ese nido donde se han refugiado Mª Teresa y Jose Luis? ¿Por qué no suspende los fondos de la ONU donde se ha ido a empollar abortos Bibiana? ¿Por qué la gestión de Moratinos sigue sin escarnio público? ¿Por qué no se ha destapado la corrupción y el nepotismo de las décadas de gobierno PNV en el País Vasco?
    Los políticos no han evolucionado ni de la estirpe de los mártires ni de la de los santos, pero tampoco son gente corriente (gente de conciencia privada, clases medias), y como no son intelectuales ni plutócratas, como no arriesgan ni prestigio académico ni patrimonio , cuando se trata de auto regenerarse como casta, ¿a qué resorte pueden apelar? Pues bien, existe el resorte y se llama división de poderes, algo que en el estado real de la política significa que los políticos entrantes tienen las manos limpias, aspiran a seguir teniéndolas y para ello combaten la corrupción instalada en las Instituciones salientes, se apartan de los corruptos con nombres y apellidos a día de hoy y exigen para sí mismos, llegado el caso, lo peores castigos de la justicia. Si esto no sucede, los políticos, incluso si son políticos entrantes, temen tanto la corrupción que corroe la actividad política por dentro y la acecha desde fuera y miran a los corruptos tan de soslayo, que huyen alocadamente de la corrupción, y tiempo antes de sucumbir a ella, se entregan a partes iguales a la inercia y a una disparatada actividad que va en la dirección opuesta de mostrar las manos y a favor de esconderlas entre el público o los votantes.
    Apóstrofe 1º

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  3. ahora los puercos marxistas le echan la culpa de la ruina social y familiar al neoliberalismo, no a su amoralidad y degeneracion antropoligica y cultural. ESTO UNOS CUANTOS LO HEMOS AVISADO BIEN AVISADO, PERO NI LOS MEDIOS EN GENERAL NI LA IGLESIA EN PARTICULAR, COPE, HAN QUERIDO SER PANTALLA DE DEMOCRACIA REAL Y ESTADO DE DERECHO.

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