lunes, 26 de marzo de 2012

España es diferente porque sigue siendo igual

Javier Benegas [en Vozpopuli.com]
Conforme al guión previsto, España ha dado un giro con la llegada de Mariano Rajoy al gobierno. Desde el primer día, bien sea por urgencia, bien por convicción o bien por ambas cosas, desde el 20 de noviembre de 2011 la actividad está siendo frenética. Se suceden una tras otra las reformas y, con éstas, las buenas intenciones. En comparación con lo sucedido en los últimos años, parece que quienes hoy se sientan en los bancos azules sí tienen una hoja de ruta definida, aunque ésta se quede muy lejos de la radical transformación que España está pidiendo a gritos.

Pese a las aparentes convulsiones que lo hecho hasta ahora están generando, para el observador avezado se distingue de fondo la misma música de los últimos 30 años; unos acordes familiares tocados por la misma orquesta de siempre. Y en algunos españoles empiezan a abundar los malos presentimientos. Habida cuenta de la degradación a la que hemos llegado y los enormes peligros que nos amenazan, todo indica que el cambio que este país necesita debería ir mucho más allá de retocar de manera muy medida el mercado laboral, los circuitos financieros y los usos y costumbres de la clase política.

En lo que se refiera a esta última, la clase política, el Presidente pretende meterla en vereda mediante directivas y leyes que pueden ser en su momento interpretadas de manera facultativa por el propio legislador – ya que es éste quien nombra a los jueces - o, sencillamente, obviadas llegado el momento. Sin ir más lejos, casi simultáneamente a la presentación de la Ley de Transparencia, vivimos los primeros escándalos de presunto nepotismo de esta legislatura a cuenta de los movimientos profesionales de las parejas de María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. A quienes, por mucho que se quiera justificar o dar un margen de confianza, el más elemental sentido crítico apartidista debería censurar sin titubeos.

Pero volviendo a lo importante, al mismo tiempo que el actual gobierno se deja arrastrar por una actividad frenética dentro y fuera de nuestras fronteras, con el fin de reparar los ingentes daños que nuestra economía e imagen como país han sufrido, también empieza a ser evidente una obstinada determinación por restaurar un modelo político que se ha visto desbordado por sus propias ineficiencias y por una corrupción galopante y que está en fase de franco agotamiento. Y da la impresión que, en última instancia, o tal vez en primera, Mariano Rajoy quiere conjurar el desastre económico, más que para evitar una gigantesca ola de pobreza, para que el país no entre en el torbellino de un cambio político sin precedentes que, en opinión de no pocos ilustrados y pese a todos sus riesgos y contraindicaciones, sería el único modo de modernizar España en un sentido de verdad pleno.

Un plan “inteligente” con un recorrido muy corto

El empeño por mantener con Su Majestad unas relaciones más que fluidas y mostrarse como el más fiel de los vasallos, las declaraciones, en ocasiones destempladas, respecto a lo innecesario de acometer reformas en el modelo de Estado - para lo cual ahí sí cuenta como era previsible con el apoyo incondicional del otrora poderoso partido socialista -, ese Plan E encubierto que son los 60.000 millones de euros en créditos para que comunidades autónomas y ayuntamientos paguen sus facturas y no se vean abocados al terremoto de un concurso de acreedores masivo, el llevar a España un paso más cerca del abismo al forzar un nuevo horizonte del déficit y, en suma, el empeño en entender que restaurar el actual modelo es la única forma de volver a la normalidad, revelan en Mariano Rajoy un ánimo reformista en lo sustancial muy pobre, que, lejos de solucionar los verdaderos problemas, los habrá de dejar larvados.

"El pan lo cura todo, hasta esa enfermedad tan irritante que trastorna a los hombres y hace que enloquezcan demandando verdadera libertad"

Y es que nuestro presidente es un tipo listo y astuto, y sabe que si a no mucho tardar los primeros síntomas de mejoría llegan, aún cuando sean transitorios e inconsistentes, podrá hacer valer su visión y dejar los pilares del actual Estado a salvo de elucubraciones. Volverá la calma y las ovejas al redil. El pan lo cura todo, hasta esa enfermedad tan irritante que trastorna a los hombres y hace que enloquezcan demandando verdadera libertad; política y económica.

No hay duda que se trata de un plan bien trazado, y es posible que desde la perspectiva propia hasta sea un plan honesto, pero nos llevará de seguro a afrontar nuevos peligros al dejar España con los mismos usos y costumbres y sobre los mismos terrenos mal asentados.

Pero lo que haga o deje de hacer el gobierno es pura anécdota en comparación con la decadencia general de un país perdido en su propio laberinto. Y pese a que en apariencia exista un descontento generalizado y un ansia creciente por que todo cambie, de fondo persiste ese falso fatalismo de la calle tan nuestro, que hace que algunos tarden muy poco en reconocerse impotentes ante tanta adversidad, otros tantos prefieran mirarse el ombligo y otros muchos sólo alcancen a defender a “los suyos” contra viento y marea, ahorrándose el más elemental espíritu crítico. Dicho con las palabras de Tolstói, en este país todos quieren cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo. Por eso aquí gobierna quien gobierna y lo hace a su manera.

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5 comentarios:

  1. Se trata del mismo perro con distinto collar, pero la esencia es la misma, tanto monta, monta tanto, quitate tú para ponerme yo. El caso es que la casta parasitaria de los politicos no pretenden cambiar el sistema, ¿quieren cambiar la ley electoral, la constitución, juzgar a los corruptos, pedir responsabilidades, hacer cumplir la ley y las sentencias? lamentablemente creo que la respuesta es negativa. Y mientras ellos (los politicos, partidos, sindicatos, patronal, etc.) siguen viviendo de las subvenciones públicas, es decir del dinero que pagamos de impuestos los ciudadanos. O los bajamos de los coches oficiales, de sus privilegios y prebendas o nos arruinaran al pueblo soberano y nos llevarán al hambre, ¿lo vais a permitir?. Si quereis hacer algo por evitarlo, visitar www.regeneracionya.com y podreis participar si así lo deseais. Gracias. Un saludo.

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  2. ESPAÑA VA A LA RUINA GRIEGA SIN REMEDIO, LOS IDIOTAS PEPIANOS HAN HECHO LO QUE IZQUIERDOSOS Y MASONES QUERIAN, Y LA GENTE NO ES IDIOTA HASTA EL SUMMUM BORREGUIL DEMENTE DE SEGUIR VOTANDO A TODA ESTA CASTA Y QUE MANDEN CON SUS COJONES DE VIVIDORES POLITICOS FIGURANTES. PROTECTORADO ALEMAN YA CON LOS TECNOCRATAS TEUTONES, Y QUE TODA LA CASTA SINDICA, POLITICA Y FINANCIERA ESPAÑOLA A FREIR PUÑETAS!!

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  3. Estoy plenamente de acuerdo con el compañero anónimo que ha escrito el artículo anterior, la casta política nunca recortará sus privilegios ni prebendas, con el tiempo que les ha costado instaurarlas, para ello curiosamente si han estado todos de acuerdo, y además lo han hecho de manera solapada, ayudados por los corruptos y manipuladores medios de comunicación que tenemos en este pais.
    Así el Sr. Bono socialista de pro, y expresidente del congreso, recibe una retribución de 170.000€ al año cantidad superior en más del doble a la que recibe el expresidente del gobierno, el inutil que desde que se dedica a contar nubes, no ha jodido de verdad pues ya ni llueve, otro al que alguien en Venezuela, está dispuesto a pagarle nada menos que 60.000€ por una conferencia de hora y media, como si fuesemos tontos y no supieramos que ese precio no responde al contenido de una conferencia que pueda dar el inutil, sino al pago de algún gran favor que le hizo mientras gobernaba.
    Señores, O TOMAMOS MEDIDAS PRONTO CONTRA ESTA CASTA POLITICA, O SIN DUDA ALGUNA Y MAS PRONTO QUE TARDE NOS LLEVAN A TODOS AL HAMBRE Y A LA MISERIA MAS PROFUNDA.
    Reflexionen sobre lo que está pasando, cada día los salarios son más bajos pero los carburantes, la luz, el gas, el agua.... son más caros, por supuesto que a Europa no le interesa que seamos competitivos, con los carburantes, la luz, el gas, y los impuestos mas altos de Europa, nunca lo seremos, no nos dejaran y continuaran empobreciendonos cada día más, haciendo que nuestras propiedades valgan cada día menos, así cuando quieran nos comprarán el pais a precio de saldo, y nos dejaran con un misero salario de superviviencia para que sigamos siendo sus siervos y esclavos, todo ello con la connivencia desde España de nuestra casta política, dañina, miserable y sin escrupulos de ningún tipo.
    ES URGENTE UNA INMEDIATA REACCIÓN CIVIL.

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  4. Mi opinión es que El Sr. Rajoy ha empezado a huir de la abrumadora tarea de regenerar política, social, económica y moralmente España. Una labor capaz de atemorizar a cualquiera, es cierto, y para la que se necesita mirar sin pestañear el fondo de la corrupción nacional, capaz de tragárselo a uno. Pero este es el cuadro de la España maltrecha, depauperada y enferma que cualquier analista aborda a diario al hablar del sistema, la economía o los medios de este país por el que circulan ingentes cantidades de proyectos y de personas que nunca hallan el reflejo adecuado a su esfuerzo en las Instituciones que les gobiernan.
    Tampoco el Sr. Rajoy, naturalmente, ha encontrado en la oposición la acogida previsible del reformador que ha decidido ser. Solo que su tarea no es esa, la de ser un buen gestor, es decir, el hombre recto sin recursos. No, Rajoy ha sido llamado a los grandes recursos, no a ponerse a salvo y lavar la cara de las Instituciones. Dividir, separar, sanear, aprovisionar, ordenar y moralizar las instituciones del país, esa es su misión, aunque tenga que perecer en el intento. Lo otro, lo de hacer borrón y cuenta nueva, ofende; ofende pagar las facturas del despilfarro, verle dialogar con el desorden y contemporizar con los desnortados, negociar con los violentos, disculpar a los sectarios, a los radicales o tragarse los insultos y seguir dando de comer al perro que muerde la mano para seguir haciendo labor a pesar de las circunstancias y el mal tiempo.
    Apóstrofe 1º (1ªparte)

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  5. Frente a este modo de obrar pobre, inmotivado, del reformador que hay en el Sr. Rajoy o frente al camelo de presentar un individuo recto y concienzudo al frente del Gobierno, todo de una pieza, lo que se necesita es sacudir la vida política y social hasta que la oposición deje de hablar de política, por ejemplo, y comience a gastar su tiempo en excusar la golfería de sus parientes y el desorden de sus patrimonios y sus familias, que es la necesaria depuración de los miasmas del Congreso que infectan los debates de la cámara. Alguien tiene que dirigir la nave de la representación ciudadana y arremeter contra la cámara del Congreso trufada de abortistas, independentistas, radicales, violentos, corruptos, venales, desvergonzados, loros y alcahuetas, propios y ajenos, que se presentan como conciencia ciudadana. Y ese alguien no puede ser el individuo que quiere impunidad para sus Señorías, “leyes de transparencia” y modernizar la justicia sin separación de poderes; pactar con la bancarrota de los bancos y las cajas de ahorro y continuar con la financiación de Autonomías, Diputaciones, Ayuntamientos, sindicatos con el agua al cuello y con las subvenciones propias del sistema de subvenciones a las peculiaridades libidinales, de género, coyunturales de la ciudadanía.
    España necesita regeneración, no gestión. Y la regeneración del sistema no puede proceder de la voluntad de un Presidente del Gobierno que se sale por la tangente y aplica las correcciones y los ajustes de un buen gestor pero que, inevitablemente, presenta las reformas que jamás puede alcanzar la corrupción que opera en el sistema y, por lo tanto, en sus propias filas, en su equipo de gobierno y en sus mejores intenciones. La regeneración del sistema requiere el sacrificio del reformador y de las tentaciones de reformar lo que no debe ser salvado. El reformador debe arder en el fuego del otro, el individuo que tiene una misión y para el que las circunstancias, la larga espera de 8 años, la crisis económica, la desestructuración del Estado, la fragmentación de la sociedad y la destrucción de la convivencia practicada por su predecesor en el Gobierno, son lo que se necesita. El Sr. Rajoy no tiene alternativa: o enciende la pira de la regeneración total, arrojando el reformador al fuego, o nos dará gato por liebre, cambiando una misión por el deseo de perdurar de un gestor que deja esencialmente el mal donde está.

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