lunes, 30 de abril de 2012

La estafa ideológica y la quiebra de España

Javier Benegas [en Vozpopuli.com]
Los europeos estamos atrapados en el mito de la seguridad, ese El Dorado al que todos los caminos de la perdición conducen. Ya escribía Stefan Zweig a este respecto, en referencia a la Europa de finales del siglo XIX y principios del XX, que “dicho sentimiento de seguridad era la posesión más deseable de millones de personas, el ideal común de vida. Sólo con esta seguridad valía la pena vivir y círculos cada vez más amplios codiciaban su parte de este bien precioso”. Fue este anhelo vehemente de un mundo de seguridad llave en mano, que la ideología nos hizo creer posible de manera falaz, lo que nos condujo al relativismo y a las dos peores guerras de la Historia. Y, ahora, si no ponemos remedio, nos impedirá salir de una crisis para la que no existen precedentes equiparables. [enlace al texto en vozpopuli.com]

La idea de que el Estado puede proporcionarnos una vida segura y sin demasiados padecimientos, creencia que en su día dio lugar a un rompecabezas de derechos con el que los corruptos han alcanzado el paraíso en la tierra, se ha demostrado una quimera. Sin embargo, ahora que los Estados de bienestar europeos agonizan, resurge esta idea, ante todo populista, dispuesta a galopar a lomos de la indignación y el miedo. No es necesario ser un erudito historiador para prever que este estertor ideológico tendrá un recorrido muy corto, pero puede ser suficiente para dar un último paso y precipitarnos al vacío. Pese a ello, el pavor a vernos abocados a una recesión prolongada que nos puede llevar a alcanzar los seis millones de parados, está dando alas a una nueva ofensiva “progresista” –término este que es una contradicción en sí misma, pues sus recetas son más que conservadoras– cuyo punto de apoyo es la defensa numantina de eso que llaman “lo público”. Una estrategia que pasa por obviar la temeraria negligencia del anterior gobierno y que aspira a relanzar, en el peor momento posible, la ideología más incombustible, inútil y destructiva que el mundo haya conocido.

La coartada de “lo público” como defensa de “lo mío”

Pese a que no hay otro camino que sanear las cuentas si queremos que las posibilidades de un crecimiento futuro no se esfumen con el pago de los intereses de la Deuda, numerosos políticos, sindicalistas, economistas y ciudadanos, casi todos ellos de izquierdas, abogan por desertar en masa de la política de austeridad y volver a la de estímulos, que es aquella que se realiza por la vía del gasto público. De esos otros incentivos que no cuestan dinero, como la liberación del mercado de bienes, no hablan, por supuesto.

Con la Hacienda Pública exangüe, esta estrategia pasa por socializar nuestra deuda extendiéndola a terceros y titulándola en eurobonos; es decir, poner de avalistas a nuestros socios europeos –lo que hará que su calificación crediticia se desplome– y poder superar de esta forma los límites de insolvencia que los inversores consideran de no retorno. Una jugada maestra que dejará a Europa sin ninguna locomotora que tire de tanto vagón cafetería.

"Las soluciones saturadas de ideología no servirán de nada. La realidad es implacable. Ahí fuera hay centenares de millones de tipos que trabajan como chinos, aunque muchos sean mejicanos, indios o brasileños y no sólo orientales"

La coartada de esta nueva ofensiva es la defensa de “lo público”. Porque, como si fuera un vicio heredado de nuestro amor por el ladrillo, el Estado de bienestar tiene que ser por fuerza una súper estructura construida a base de cemento y granito, que se pueda ver y tocar, poblada por funcionarios y políticos, a la que desviar ingentes cantidades de dinero. Lo que de siempre ha equivalido a dar de beber a los ciudadanos sirviéndoles el agua en un colador. Esta idea equivocada de cómo ha de ser el Estado de bienestar ha degenerado en “lo público”, un sistema ineficiente en el que muchos buscan el acomodo perfecto para sortear las incertidumbres de la vida (el mito de La seguridad). Ya no se trata de servir al ciudadano sino de que unos cuantos elegidos, y no precisamente pocos, puedan servirse a sí mismos. De ahí que cuando se defiende “lo público”, la mayoría lo haga pensando en su plato de garbanzos y muy pocos, o casi ninguno, en el bienestar y derechos de todos los ciudadanos.

Por poner un ejemplo cualquiera, para asegurar la igualdad de oportunidades mediante la subvención de la educación no son necesarios infinidad de colegios, institutos y universidades públicas, con un ejército de ciudadanos en nómina, sino que basta con que el Estado proporcione el dinero directamente a las familias (cheque escolar) y que sean éstas quienes, a salvo de la ingeniería social y el proselitismo, den la mejor educación posible a sus hijos. Este derecho no sólo estaría igualmente garantizado, que es de lo que se trata, sino que, además, la oferta sería más competitiva y de mayor calidad puesto que el consumidor, y no la arbitrariedad burocrática al albur de la política, generaría los incentivos correctos. Lo cual nada tiene que ver con la mano invisible del mercado, aquella metáfora acuñada por Adam Smith, sino con la elección bien visible, previsible y coherente de los interesados.

También cabe cuestionarse ese otro mantra que es la investigación con dinero público. El verdadero problema en España no es investigar más o menos, sino que exista una estructura empresarial suficiente que rentabilice y dé sentido y utilidad a los avances que se obtengan con el dinero de nuestros impuestos. Y como el tejido industrial que tenemos es casi inexistente, cabe preguntarse si el dinero destinado a investigación no estará sirviendo para pagar las nóminas y los legítimos sueños de unos investigadores para los que en España no hay sitio. Lo cual sin duda es muy triste. Pero algún día habrá que afrontar la realidad si lo que se pretende es cambiarla.

No se engañen. Las soluciones saturadas de ideología no servirán de nada. La realidad es implacable. Ahí fuera hay centenares de millones de tipos que trabajan como chinos, aunque muchos sean mejicanos, indios o brasileños y no sólo orientales. Todos ajenos al mito de la seguridad y muy ligeros de equipaje. Y están copando el mercado. Nada ni nadie puede frenar la vertiginosa transformación del mundo en la que estamos incursos. Si queremos tener futuro, hemos de sufrir, darnos un baño de realidad, cambiar nuestra mentalidad y desechar para siempre las estafas ideológicas.

Twitter: @BenegasJ

_________________________________________________________
Suscribirte a La Tercera Ola
Correo electrónico:
Consultar este grupo

5 comentarios:

  1. Parte de la gravedad del problema de los muchos y variados diagnósticos , reside en una cuestión sobre la falsa productividad sistemáticamente usada por economistas y políticos, reside gran parte del problema en el exceso de productividad y no en lo contrario, un claro ejemplo de crecimiento es la capacidad de producir en espacios de tiempo reducido, otra cuestión muy diferente es el coste energético en el caso español, perder el tiempo en el trabajo no es debido al cafélito , es por la capacidad que tenemos de producir muy rápidamente y comernos el trabajo, esto es una falacia que no sirve como escusa para justificar los males industriales, la complejidad es tal que si trabajáramos gratis no conseguiríamos ni con estas colocar en masa . La empresa pública es el claro ejemplo de abuso y gasto intensivo sin limites, se puede resumir muy fácilmente, en una empresa para cubrir un puesto eficazmente con operario sobra, en la pública al menos tres son necesarios para dar un servicio, hay casos de tres sueldos para el puesto de uno, por bajas y por bajas de la sustituta, un autentico descontrol público

    ResponderEliminar
  2. Sr Benegas
    Por no entrar en los temas particulares de la educación, sanidad o investigación, cuyos errores de funcionamiento me resultan evidentes después de haber trabajado en un país anglosajón, debo decirle que todo lo que dice intento hacerlo entender a algunos amigos, titulados superiores y con formación postgrado, y no hay manera, ni del derecho ni del revés. El chip está implantado en el sistéma límbico, y cuando se siente amenazado desinhibe las emociones y anula la corteza cerebral. Es imposible seguir un discurso lógico.
    Mis conocidos tienen una incapacidad genética para entender que ellos mismos se beneficiarian de una bajada de impuestos, y que la economía tardaría menos en reactivarse, con lo que los beneficios acabarían por extenderse a todos. Aquí lo único que entendemos es que estamos dispuestos a pagar lo que sea por una seguridad absoluta que sencillamente no es posible. En el fondo es que da tanto miedo ser libre, o da tanto miedo decir que deberíamos serlo...
    Para mí tengo que en España, la suya es una causa perdida. Es algo que tiene que ver con lo que mamamos desde que venimos al mundo, y como se dice en otros sitios, "la mano que mece la cuna, ..."

    ResponderEliminar
  3. La Patronal, (CEOE) y la derecha en general piensan que, hay que trabajar mas y ganar menos, y yo digo que, eso es una falacia y una trampa, debería de ser, todo lo contrario, trabajar menos y mejor.
    ¿A donde nos lleva la dinámica de trabajar cada vez mas? Pues a que llegará el momento en que no habrá trabajo para nadie, (salvo unos pocos escogidos) porque estará todo hecho, esto creo que es de sentido común.
    ¿Y si se distribuye el trabajo según las necesidades? Pues que habrá trabajo para siempre y para todos, creo que también es de sentido común.
    Eso si, hay que acabar con la avaricia y la agonía que ahora impera en este mundo.
    O sea, acabar con el sistema actual y crear uno nuevo. ¿Utópico verdad? Pues yo creo en el.

    ResponderEliminar
  4. ¿Las solucionaes saturadas de ideología no servirán de nada? ¿Y que es este artículo, sino una retahíla ideológica de desprecios a quienes defienden "lo público"? Sr. Benegas, encuentro del todo punto inaceptable las siguientes frases, además de ofensivas:

    "De ahí que cuando se defiende “lo público”, la mayoría lo haga pensando en su plato de garbanzos y muy pocos, o casi ninguno, en el bienestar y derechos de todos los ciudadanos." ----> El ladrón piensa que todos son de su cindición, es decir, la "derecha" (expresión que odio por simplista) que vive para el beneficio privado y particular, cree que la izquierda, así, en general, busca exactamente lo mismo, el provecho propio y egoísta. Pero la realidad demuestra que tal vez a diferencia de las élites de partidos o sindicatos, los ciudadanos que se consideran progresistas creen antes en el interés general que en el particular. Y ven en "lo público" el medio más claro para proteger el interés general. Usted, en un análisis un tanto superficial considera que el comportamiento individual de los "aprovechados" de todo sistema basta para cuestionar todo lo público.

    "relanzar, en el peor momento posible, la ideología más incombustible, inútil y destructiva que el mundo haya conocido." ---> Esta frase es más propia de la derecha más sectaria y cavernaria de este país, la heredera de la Inquisisión y del franquismo, que pasa por tildar a los progresistas de "rojos peligrosos" que de alguien a quien yo consideraba moderado y que practicaba el respeto que todos nos debemos en democracia. Yo creía que este blog buscaba crear un espacio de análisis y debate sereno y maduro frente a la crispación del que tanto rédito sacan los grandes medios de comunicación. Veo que estaba equivocada. Y es una pena, porque necesitaba creer que la Tercera Ola quería aportar algo constructivo en lugar de cometer estas bajezas.
    Y ahora, mi opinión, la izquierda no es una ideología destructiva, salvo que sea Usted tan simplista de considerar a los totalitarismos comunistas como izquierda, puesto que se basaban en la misma premisa de brutal sometimiento de los pueblos al poder, con independencia del control de los recursos económicos. Que raro que siempre se obvien los modelos sociales escandinavos al insultar ideológicamente a millones de españoles que creen (más que la derecha) en la democracia. Una ideología verdaderamente destructiva es aquella que degüaza los sectores estratégicos de los países soberanos, compra a los políticos para una desregulación masiva que deja indefensos a los ciudadanos ante los abusos del capital y la especulación, es "competitivo" deslocalizando la actividad a donde la mano de obra es mera mercancía barata, corrompe gobiernos para que miren a otro lado mientras contaminan los ríos y deforestan la selva, y que endeudan a toda la población y venden productos financieros basura sin temer las consecuencias, pues cuando todo estalle como estalló, habrán creado las leyes necesarias para evitar que paguen por sus responsabilidades. Puesto que lo "progresista" en sus palabras es "inútil y destructivo" imagino que por la misma regla de tres, en la cabeza de quienes piensan como Usted lo neoliberal es útil y constructivo. O como diría Rajoy, de sentido común, aquello que inspira confianza y como Dios manda.

    Sr. Benegas, a menos que en Vozpopuli le estén pagando para fabricar crispación antiprogresista, en cuyo caso tendría que seguir defendiendo (cuestionablemente) su plato de garbanzos, le ruego que no ignore esta crítica y comience por mostrar más respeto por la diversidad ideológica propia de todo país democrático.

    ResponderEliminar
  5. España y sobre todo sus sures se han convertido en un paisaje de gansos humanos a la espera del subsidio, la subvención o el enchufe funcionarial vividor. Todo por mor por un lado del paternalismo católico degenerante, y de los socialismos ociosos, más allá de una interpretación climática y geógrafica de recursos. La peor estafa es la patrocinada por una derecha acomplejada y sin armazón ético como ha sido el PP rajoyano sorayo, unos listillos esperando a que cayese la manzana madura... pero les ha caido podrida. Y que se han visto claramente ya como los mayores defensores de la casta parasitaria partitocratica, enchufando a toda su prole que les quedaba sin enchufar, y salvando ahora los emporios ruinosos que ellos mismos han creado en Levante, Madrid, y sus socios nazi-catalanistas, vendiendo a los que viven en areas levantinas más aun a las sectas y lobbies del apartheid lingüístico. Sr. Rajoy, vd es el principal responsable ya de nuestra ruina, sobre todo tras haber pactado la Impunitá de partidos con los criminales sociatas que nos la han generado.

    ResponderEliminar

Esta web busca la colaboración de todos quienes accedan a ella. Por lo tanto, se habilita la posibilidad de añadir comentarios al pie de los post. Rogamos a todos el buen uso de esta utilidad. Los comentarios ofensivos, vejatorios, que contengan insultos, falsas acusaciones o que sean manifiestamente ofensivos, no serán publicados. Gracias por vuestra colaboración.