lunes, 7 de mayo de 2012

La década negra

Javier Benegas [en Vozpopuli.com]
“No estamos ante una burbuja [inmobiliaria], pero estamos en una demanda muy poderosa que se mantiene, aunque se está moderando en el tiempo”. De esta forma tajante, el 25 de junio de 2003, el entonces Ministro de Economía del Gobierno de España, Rodrigo Rato, desacreditaba ad hominem el informe del semanario británico The Economist, que vaticinaba el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y pronosticaba que, una vez se produjera, habría una bajada del 30% en el precio de la vivienda en tan sólo cuatro años. Un análisis que el tiempo no sólo ha demostrado correcto sino que ha revelado de una precisión asombrosa, pues desde el crash financiero de 2008 hasta hoy; es decir, en el transcurso de cuatro años, el precio de la vivienda en España se ha desplomado más de un 29%, aunque la previsión es que se devalúe otro tanto en el futuro.

Meses después, concretamente el 6 de febrero de 2004, la economista jefe del área de banca de inversión de Société Générale, Véronique Riches-Flores, afirmaba sin ambages: "hay una burbuja inmobiliaria [en España]". Y añadía que ésta seguiría inflándose en el corto plazo, lo que acarrearía en el futuro efectos muy desfavorables –bien podría haber dicho catastróficos– para la economía española. Poco después de esta y otras muchas advertencias, se producía la victoria electoral del Partido Socialista en las Elecciones Generales de 2004. Y José Luis Rodríguez Zapatero era investido Presidente del Gobierno de España.

Tras el garrafal “error” de cálculo del gobierno popular, y más concretamente de Rodrigo Rato, quien aún hoy pasa por ser el ministro de economía más prestigioso de nuestra corta historia democrática, cabría haber esperado que el gobierno socialista estuviera prevenido del cataclismo que tarde o temprano habría de producirse. Pero lejos de ello, sometido a los lazos de sangre entre las seculares familias políticas y económicas y su relación directa con el lucrativo negocio del ladrillo, prefirió mirar para otro lado y dedicar todos sus esfuerzos a esa juego floral tan irresistible que es la ingeniería social. Lo cual no quita que hubiera algunos momentos estelares a cuenta de la cada vez más amenazante burbuja inmobiliaria, como aquella iniciativa del 1 de marzo de 2006 de María Antonia Trujillo, a la sazón ministra de Vivienda, que regaló 10.000 pares de zapatillas Keli Finder para que los jóvenes patearan las calles en busca de un piso que nunca encontrarían.

Repasando los hechos, surge la duda de si esta cadena de errores, que duró casi diez años, fue fruto de la ignorancia o hubo algo de mala fe y, sobre todo, cortoplacismo. La burbuja proporcionaba unos ingresos fiscales que, aunque se sabían coyunturales, vinieron muy bien a la clase política. De hecho, lejos de frenarla, se adoptaron medidas que la inflaron, tanto desde España (deducción fiscal a la compra de vivienda) como desde Europa (tipos de interés muy bajos). Y se usaron los ingresos temporales para compromisos de gasto permanentes con las consecuencias por todos conocidas. Sea como fuere, desde aquel 2003 lleno de malos presagios, en el que el presidente José María Aznar, más preocupado por la geopolítica del “amigo americano”, la gloria inmortal y, sobre todo, la cercanía de las elecciones generales, prefirió no dar un golpe de timón en lo económico que fuera interpretado como una señal de alarma, pasando por las dos catastróficas legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero, hemos vivido la apoteosis de todas y cada una de las ineficiencias de nuestro modelo político que, por fuerza, desembocaron en aquella Noche de Walpurgis del 9 al 10 de mayo de 2010, en la que España fue declarada, mediante aquella intempestiva llamada telefónica procedente de Berlín, una nación financieramente inviable.

"Aquella España eminentemente agrícola, con un tejido industrial obsoleto que, noqueado por la crisis del petróleo de los años setenta, fue prácticamente finiquitado tras la reconversión industrial de los ochenta, optó por el camino más rápido y terminó siendo el país del turismo y el ladrillo"

Desde esa noche negra, en la que Elena Salgado –entonces vicepresidenta del gobierno– lloró desconsolada, presa de un ataque de nervios, y pese a las diversas treguas que la “malvada” Alemania nos ha facilitado, las cosas no han hecho sino empeorar a un ritmo escalofriante por culpa del cálculo político. Y ahora que, por fin, el miedo ha traído consigo una batería de medidas que, aunque precipitadas y con un fuerte aroma a expolio, tratan de evitar que nos despeñemos, Alfredo Pérez Rubalcaba y el Partido Socialista en pleno, de la mano de esa otra izquierda irreductiblemente marxista y trasnochada, parecen decididos a hacer olvidar su complicidad en el desastre por la vía de la algarada. Lo cual viene a ser como amotinarse contra sí mismos; es decir, una tomadura de pelo.

La salida del túnel está a un palmo de nuestras narices

Por más que clamemos al cielo, estamos inmersos en un proceso de afloración de mano de obra sobrante que está siendo expulsada en masa por el inevitable colapso de nuestro modelo político-económico. Este ajuste brutal, que hasta la fecha se había limitado al sector privado, tras cuatro años de desplome de la actividad económica ha impactado de lleno contra la superestructura del Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos. De tal forma que en España ningún empleo o prestación es ya seguro. Señal inequívoca de que este Estado social y de derecho, engañosamente viable durante años gracias al proverbial ladrillo, que ahora todo el mundo aborrece, está más muerto que vivo. Y puesto que no hay a la vista un sector productivo lo suficientemente poderoso como para mantener en pie el artificio, esas administraciones públicas hipertrofiadas, convertidas en el refugio de millones de personas sobre las que se eleva una prolífica clase política colmada de privilegios, deberán ser reformadas.

Aquella España eminentemente agrícola, con un tejido industrial obsoleto que, noqueado por la crisis del petróleo de los años setenta, fue prácticamente finiquitado tras la reconversión industrial de los ochenta, optó por el camino más rápido y terminó siendo el país del turismo y el ladrillo. Y, después del crash financiero de 2008, sólo queda lo primero, que es a todas luces insuficiente para sostener ese Cuarto Estado de “lo público”. En consecuencia, los estímulos que de verdad hacen falta, y que hay que combinar con la austeridad más estricta, son muy claros: eliminar trabas y requisitos para reconstruir el mercado interior, apostar todos nuestros pagarés sin fondos al caballo ganador de la economía de acceso libre y dar tiempo a que surjan nuevas empresas y sectores productivos capaces de competir dentro y fuera de nuestra fronteras. Todo ello requiere, sí o sí, Don Mariano, reformar el modelo político y territorial siguiendo criterios de racionalidad y nunca partidistas o ideológicos. Un complejo proceso que deberíamos haber abordado hace más de diez años y que, hoy, hay que acometer a la carrera. Se trata de aprender a crear riqueza, nuestra eterna asignatura pendiente. Pues de cómo repartirla somos consumados maestros, por eso estamos donde estamos. El sector privado ya ha empezado a andar este camino. Ahora toca que la clase dirigente y sus grupos mascota dejen de ser el nudo gordiano que impide la modernización de España.

Twitter: @BenegasJ

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8 comentarios:

  1. Hay algo que todavía no entiendo en la gente: si cuando una empresa tiene beneficios, sus trabajadores piden más salario, ¿por qué cuando tiene pérdidas, no piden menos salario? Esto lo extrapolo al sector privado.

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  2. Buen diagnostico Sr.. Benegas añadir que quedarse descolgado de la fusión fue un error de bulto, al finalizar la segunda guerra mundial entramos de lleno en una nueva tecnología , la inocencia de no admitir una nueva realidad tiene su coste, añadir también que el euro cambio nuestra mentalidad no tener dinero y disponer de el es un caramelo irresistible una formula muy beneficiosa para los alemanes para vender su industria principalmente automovilística , el problema de Vascongadas y Cataluña y por ende las autonomías nos ha conducido a un gasto corriente desbocado , en resumidas cuentas malos políticos muy numerosos y sin un proyecto claro de España, bajo mi modesta opinión las urnas tienen que hablar sobre numerosas cuestiones, es como empezar de cero pero con la experiencia de lo que nos ha sucedido, esta situación nos puede llevar a una revolución.

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  3. La situación productiva de España no es el resultado de ningún error, ni de la torpeza de los políticos que no han hecho sino cumplir con su parte del trato. Los que se frotaban las manos al umbral de los resortes del poder hace décadas aceptaron el plan para convertir España en la reserva playera de saldo para la clase trabajadora de toda Europa, repleta de insuperables camareros, serviles y baratos, dividida y miserable. De ahí el deterioro educativo, la desmantelación de la industria y la agricultura, la pérdida de competitividad, el deterioro moral, el florecimiento del separatismo y la decadencia general. Ha costado 30 años de engaños convertirnos en lo que somos, como para dejarnos ascender a una liga a la que nunca hemos pertenecido. Un país de vacaciones baratas, de alcohol a dos euros, donde se puede miccionar en la calle sin que te pase absolutamente nada. Eso es lo que querían de nosotros, y de lo que presumimos. Hay gente fuera de nuestras fronteras que nos conoce mejor a nosotros y a nuestra historia, que nosotros mismos, y sólo han tenido que ponernos la zanahoria delante de la cara para llevarnos al huerto. A las pruebas me remito.

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  4. El último párrafo es de lo más certero, sin embargo, encuentro poco ecuánime y objetivo, más propio de La Razón o de El Mundo que de un blog que se caracterizaba hasta ahora por la moderación una afirmación como "Partido Socialista en pleno, de la mano de esa otra izquierda irreductiblemente marxista y trasnochada, parecen decididos a hacer olvidar su complicidad en el desastre por la vía de la algarada"... Lo de la "algarada" es calcado a lo que dice la Cospedal. No desprecie de ese modo tan arrogante lo que es una expresión legítima de la frustración ciudadana ante la baja calidad de nuestra democracia.
    Espero que sus aciertos no se traduzcan en una superioridad intelectual que le impidan investigar (y sobre todo comprender) otros puntos de vista. Humildemente, le sugiero que lea "Hay Alternativas" y lo haga desde la apaertura de mente, no desde esa torticera idea fija de que izquierda equivale sin más a gasto por el gasto. Incluso Usted, que nos alecciona desde esta columna, podría aprender algo nuevo.

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    1. No me he leido aún el libro, sólo el prólogo, cuya declaración de principios me suena terriblemente familiar. Familiar porque es lo que no ha cesado de sonar en España durante décadas, con los resultados que todos conocemos. Y es que usted también debería aprender que en materia de imposiciones, los "mercados neoliberales" no tienen la exclusiva, como tampoco la tienen en guiarse por prejuicios ideológicos. En ambas materias la izquierda ha demostrado una maestria superior desde hace siglos, aunque la supuesta superioridad moral de sus principios nuble la vista del hombre moderno.
      La realidad, siento decirlo porque me inspiraba una sincera simpatía en sus primeros pasos, es que movimientos como el del 15 M, han derivado en lo de siempre, que no es precisamente el verdadero debate.
      Leeré el libro, como he leído otros parecidos antes. Intentaré ver el mundo como lo ve la izquierda, lleno de soluciones milagrosas, que no contemplan las caracteristicas de la condición humana ni la naturaleza imperfecta del mundo, pero me temo que ya estoy un poco mayor para creer en mundos de caramelo, que no existen y que acaban haciéndonos aún más desgraciados.
      Yolanda

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  5. ECHARON A PERDER LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO CON ESPECULADORES Y CONSTRUCTORES SIN ESCRUPULOS, ADEMAS DE MISERAR EL PRODUCTO TURISTICO POR FALTA DE ETICA Y OBJETIVOS, AHORA LOS DELINCUENTES Y RATEROS IMPUNES POR NO HABER SEGURIDAD CIUDADANA NI JUSTICIA PENALIZADORA REAL HARÁN QUE NOS HUNDAMOS EN EL TERCER MUNDO. Protectorado aleman ya!!!

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