martes, 1 de febrero de 2011

La Tercera Ola de la Investigación en España ¿Debe España aumentar en tiempos de crisis el gasto en Investigación? (I)

Manuel Rincón

Comprensión del problema

Como ciudadano de a pie muchas veces he oído el baile de cifras que existe en torno a las cantidades, normalmente expresados en porcentajes del PIB, que los diversos gobiernos y países, dedican a las tareas de investigación y desarrollo. Siempre me viene a la memoria aquella célebre frase de que “inventen ellos” y no sé si tales gastos son suficientes o no y si están justificados o no producen nada positivo y en consecuencia se deberían de minimizar, sobre todo en tiempos de crisis. Y no tengo claro que función tiene la investigación y su influencia como actividad dinamizadora de la economía.

En general al hablarse de Investigación en general, se utilizan las siglas I+D+i, que pueden resultar un poco oscuras, si no se aclara que se refieren a Investigación (que es una actividad de búsqueda de novedades en múltiples campos de las ciencias humanas), Desarrollo (que definiríamos como mejora de productos y métodos ya existentes, con un cierto enfoque industrial) e innovación (que podemos considerar como una actividad que renueva viejos procesos obsoletos o de bajo rendimiento, por otros más eficaces y menos costosos en general).

Estos gastos, en una economía bien organizada, deben producir unos retornos medibles en porcentaje sobre lo gastado. Cuanto mayor sea el retorno, más eficiente es la actividad de I+D+i.

Actividad investigadora y política

Hasta aquí una pequeña colección de conceptos, para entendernos. Si esta actividad funciona bien en el país, resulta que se generarán puestos de trabajo muy cualificados para personas investigadoras y desarrolladoras, que además no tendrán que emigrar a países donde si se les aprecie, y su trabajo quedará en el propio país, para beneficio de su economía y de sus ciudadanos. Si funciona mal el país tiende al atraso y a la dependencia externa.

Por otra parte los resultados obtenidos en procesos de I+D+i, es susceptible de pasar a procesos industriales y de producción, bien de forma directa o por patentes, lo cual permite mejoras en la industria nacional, nuevos puestos de trabajo y puede ser un flujo de ingresos externos porque otros países paguen cánones por utilizar estos descubrimientos y desarrollos. De esta manera se logrará que los retornos de lo invertido sean muy altos y se pueda generar un modelo estable de I+D+i, como sucede en los países avanzados. La industria farmacéutica nos puede dar una idea ilustrativa de este tipo de procesos.

En definitiva para el país es muy saludable tener una buena maquinaria de I+D+i, pues la economía se beneficiará y por ende los ciudadanos también, ya sea vía empleos directos o mejoras en las industrias autóctonas y su competitividad para vender y exportar sus productos y servicios.

Si nos ponemos en el caso contrario de escasa I+D+i, resulta que los potenciales investigadores dejarán el país en búsqueda de escenarios mejores, y además dicho país deberá importar métodos y productos pagando por ello, resultando que sus productos probablemente serán poco competitivos en el mercado y por tanto menos comercializables.

Por tanto la afirmación mencionada, de que “invente ellos”, no es nada afortunada y supone pérdidas para el país y para sus ciudadanos.

En esta línea, los políticos deben ser muy conscientes de la importancia de esta actividad e impulsarla para el beneficio general del país.

¿Y España?

Aplicando todo lo dicho a España, vamos a ver brevemente como estamos dentro de este campo y que políticas se vienen aplicando.

Si pensamos en una Primera Ola de la Investigación en España, nos encontramos con que tradicionalmente España no ha sido nunca un país innovador ni ha destacado en investigación. Casi todo ha venido de fuera, se ha pagado de nuestro dinero y se ha obligado a muchos investigadores a marchar a países más serios en sus planteamientos de investigación (Severo Ochoa, sería un buen ejemplo).

Esto no quiere decir que el español no se apto para tales labores, pero los gobiernos no lo han entendido y los ciudadanos en general tampoco han sido muy conscientes de estos temas. Esto nos ha conducido a ser muchas décadas un país atrasado.

En los años 90, comienza para mí la Segunda Ola de la Investigación española. Se empezó a tomar bastante en serio este tema por parte de las diferentes administraciones y a dedicar más recursos al mismo, lo que produjo un cierto florecimiento de estas actividades. Esto unido a la entrada en la Comunidad Europea y su sistema de financiación de proyectos de I+D+i hacía albergar esperanzas de mejora tanto para los investigadores y desarrolladores, como para las industrias, el empleo cualificado y para el ciudadano en general.

No obstante el apoyo institucional nunca ha estado al nivel de países como Francia o Alemania. Particularmente esto lo he visto en Bruselas, donde se han perdido cientos de millones por malas gestiones políticas en nuestro país, ya fuese por dejadez, ignorancia o falta de ganas de trabajar de ciertos cargos políticos.

Hemos de tener en cuenta que España contribuye en un porcentaje asignado, a los gastos que genera la actividad de I+D+i europea, y si se pierden oportunidades el retorno será negativo en cuanto a fondos, y no solo no nos beneficiaremos de la actividad, si no que financiaremos la misma a países más avanzados retrocediendo en el ranking de países desarrollados.

(Continuará)


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3 comentarios:

  1. Pues veo que un tema muy importante y muy olvidado, sobre todo en estos tiempos de crisis, se expone con seriedad. La investigación hoy en día es el motor de la industria y pienso que España va con retraso en esta carrera, y cuanto más nos retrasemos más difícil será estar alguna vez en la cabeza del pelotón. Espero leer pronto la segunda parte de este interesante trabajo.

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  2. La Investigación y los investigadores, grandes olvidados en España, así nos va.

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  3. Somos numeros uno en investigación.

    ¿Quen nos supera en la investigación de la vida privada de los famosos?

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