martes, 18 de octubre de 2011

España y el inevitable fin de la infancia

Javier Benegas (en Vozpopuli.com)
Si existe un común denominador entre los actuales gobernantes europeos - lo mismo da que miremos a Alemania o a España - es su incapacidad para tomar decisiones que pongan en riesgo su popularidad y, por tanto, su continuidad en el poder. De hecho, en un momento tan crítico como el presente, causa estupor ver como la propia Angela Merkel, acuciada por la presión de los electores alemanes, un día da un paso hacia delante y al siguiente da dos hacia atrás.

Esto se debe a que, tanto los políticos como los ciudadanos europeos, vivimos en sociedades incapaces de mirar de frente a los problemas y que sólo alcanzan a exigir soluciones. Pero cuando pintan bastos, las soluciones indoloras y “llave en mano” no son posibles y, al parecer, nadie tiene el coraje de reconocer la verdad y decir aquello de si buscas una mano dispuesta a ayudarte, la encontrarás al final de tu brazo.

Muchos ciudadanos siguen apurando su tiempo convencidos de que al final, de una forma u otra, seremos salvados sin necesidad de demasiados cambios y sacrificios, que bastará con la alternancia en el Gobierno y con apretarnos el cinturón un agujero más. Y mientras llega ese momento, lejos de asumir la realidad, se dedican con entusiasmo a la improductiva, aunque gratificante, tarea de señalar a un puñado de culpables. Y si bien es cierto que, en toda sociedad que se precie, es necesaria la depuración de responsabilidades, la incapacidad para ir más allá termina siempre por salir muy cara. Nuestros problemas no se van a ver aliviados demonizando a la banca, a los mercados o a algunos de nuestros dirigentes. Si no reformamos nuestro modelo político, es seguro que persistirán los fallos e ineficiencias y, aunque nos parezca imposible, la situación se agravará aún más.

Pese a ello, de una parte, nuestros políticos conservadores siguen empeñados en limitar el problema a lo estrictamente económico. Y ya nos avisan de que la capacidad de acción del futuro Gobierno de España dependerá de la situación en que se encuentren las cuentas. Y puesto que a buen seguro las arcas estarán más que vacías, todo apunta a que su “ortodoxia económica” distraerá cualquier reforma del modelo político, verdadero origen de todo este embrollo. De la otra parte, la renacida gerontocracia socialista, a sabiendas de que vender capacidad de gestión sería una broma macabra, vuelve a anteponer ideología a racionalidad, abundando aún más si cabe en la atávica propensión de muchos ciudadanos a evadirse de la realidad.

Con todo ello, no es de extrañar que las demandas ciudadanas sean en muchas ocasiones pura contradicción. Por un lado, nos rebelamos airadamente contra la clase política, por su despilfarro, y contra los mercados, por su voracidad. Y, por otro, exigimos a nuestros políticos seguir acudiendo a los mercados para endeudarnos aún más y mantener el actual modelo de Estado de Bienestar. Resulta asombrosa la facilidad con la que los ciudadanos renunciamos a cualquier posibilidad de futuro a cambio de ahorrarnos sacrificios y de la gratuidad de algunos bienes y servicios que, dicho sea de paso, de gratis no tienen nada, pues, pese a que su calidad deja mucho que desear, los pagamos a un precio muy superior al que estipularía el mercado.

Este es nuestro drama, vivir atrapados en la política del corto plazo y del cálculo electoral que, en última instancia, impone la propia sociedad a la que pertenecemos. Una realidad a la que ya aludía Goethe cuando escribió que “la multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre permanece en la infancia”. Sin embargo, si algo está poniendo en evidencia esta crisis es que las declaraciones voluntaristas y demagógicas no alivian la presión, por más que se pronuncien en tono solemne. Y si los discursos no están a la altura de los acontecimientos y las palabras no se ven acompañadas por los hechos, la situación se volverá del todo incontrolable; en otras palabras, las reformas políticas habrán de llegar porque a la fuerza a ahorcan.

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8 comentarios:

  1. Impecables! Enhorabuena por estos razonamientos.
    Desgraciadamente seguiremos contando en España con infinidad de "rebaños", lo que hará sumamente difícil un cambio drástico en nuestro sistema.
    España, o la ley del menor esfuerzo!
    Sin la preparación, dignidad y honradez indispensable en nuestros gobernantes y nuestras gentes jamás saldremos de semejante situación.

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  2. Saludos, sí, no considero que referir a los culpables sea contraproducente, no se puede hacer nada contra ellos (de momento) pero son necesarias una serie de pasos que conlleven a el cambio de sistema.

    En principio, creo que la base, y condición necesaria e imprescindible para cualquier cambio es el cambio de la Ley Electoral, para acabar con las aberraciones que podemos ver en toda la historia de la que llaman democracia en España.

    Estos son los cimientos desde donde puede contruirse una nueva sociedad, ya que lo que hemos hecho a lo largo de nuestra historia es ceder nuestro poder de decisión a unos pocos elegidos (o no), los cuales ya se creen con el derecho de dirigir nuestras vidas.

    El neoliberalismo actual, según estoy comprobando, se basa en liberalizar las relaciones y actuaciones de corporaciones y regular las acciones de los individuos, curioso, ¿no?

    Si nos dispersamos en otros objetivos accesorios no conseguiremos nada de nada, nos darán un caramelito para tenernos contentos 50 años más y hala.

    Por eso es imprescindible que elijamos un objetivo, y que sea un objetivo claro, definido y viable.

    Y ese objetivo debe ser (en mi opinión) la reforma de la Ley Electoral.

    Una vez que se sabe el objetivo, entonces se puede desarrollar éste y darle cuerpo, si no no hay nada que hacer, sólo quejarnos por lo mal que estamos y lo peor que estarán nuestros hijos.

    Un saludo.

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  3. Eso de reformar la ley electoral está muy bien. Pero el problema tiene mucho más calado. Me refiero a la falta de principios y de valores, que difícilmente será suplida por una reforma legal; a la mediocridad tan extendida; al dominio de las ideas social-demócratas que todo lo invaden... En fin, todo es un poco más complejo que lo que parece a simple vista...

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  4. Buenas tardes, creo que la reforma del sistema político a estas alturas lo aplaudimos todos o casi todos, pero el problema radica en que nadie le quiere poner el cascabel al gato, y nadie quiere perder un ápice de poder.

    Existen en España millones de personas con cargos polítcos que no van a dejar modificar esta situación en ruina, y serán capaces de hundir el barco con ellos dentro , antes que dejar sus puestos de privilegio. Y hasta que no se modifique esto, no arreglaremos nada, o como bien dices en el artículo"..las reformas políticas habrán de llegar porque a la fuerza a ahorcan."

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  5. Sr. Benegas: Hay una diferencia sustancial entre Alemania y España. Alemania sus gobernantes tienen un país controlado dentro de la de toda la movida mundial, todo el mundo trabaja y todo el mundo cotiza, y cuando se trabaja se cobra por el trabajo y se puede pagar las facturas. España con este desgobierno esta parada la actividad económica, hay mas de 5 millones de parados, no se trabaja y no podemos pagar las facturas. En España ante esta situación y si las cosas continúan por estos derroteros solo nos falta saber la fecha de la quiebra.
    Un cordial saludo
    pepe

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  6. Uno de los problemas que tenemos los Mediterráneos, es que consideramos que el "dinero público nó es de nadie" , juajua, y como no es de nadie, a nadie hay que rendir cuentas. A los Partidos Políticos se les ha condonado su deuda con los Bancos, que financian sus campañas, varias veces, jujua, . Pué mira tú, hasta la Madre Tierra está indignada y se manifiesta, que si un tsunami por aquí, volcán por allá, terremoto acuya. ¡ Anda y que les dén !

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  7. Acabo de pagar el impuesto de sucesiones por un piso heredado de mi padre. Impuesto que graba dos veces injustamente un bien por el que ya se pagaron impuestos. He adelantado el IVA de varias facturas que no he cobrado. Y por supuesto Hacienda no me ha devuelto las retenciones del IRPF del 2010. Es decir yo financio al Gobierno de Aragón que ha despilfarrado el dinero del pueblo y debe 900 millones de Euros. Tengo 40 años y dos carreras, y me marcho de este país de chiste. Si quieren gente preparada y que les de hijos para el futuro, que se la pidan a Mohamed VI con quien tan buenas relaciones tienen.

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  8. Sr Benegas
    Para salir de la infancia hay que asumir una autonomía repleta de responsabilidades, y saber distinguir el bienestar de la felicidad aplazada. Creo que ese infantilismo que nos afecta, y que las multitudes en las plazas de nuestras ciudades claman por que sea preservado, no sólo es culpa de los políticos, sino que se trata de un estado que nos resulta muy cómodo a todos. Mientras no aceptemos cada uno la parte de responsabilidad que nos toca, poco se va a poder enderezar.

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