lunes, 14 de noviembre de 2011

Rubalcaba: ¿En busca del voto irracional?

Juan Manuel Blanco [en Vozpopuli.com]
“Tiene usted un programa oculto de recortes” espetó Alfredo Pérez Rubalcaba a su rival, atribuyéndole así unas malignas y arteras intenciones, en un intento de elevar la tensión y movilizar a una parte del electorado a su favor. “Ustedes lo hicieron muy mal y yo pienso hacerlo bien, dando confianza” podría resumir la respuesta de Mariano Rajoy, pretendiendo restar carga emocional al debate.

Aparte de la vaguedad y extremada pobreza argumental que siempre ha caracterizado la política española, algunos aspectos de esta discusión traen a la memoria un episodio ocurrido en las anteriores elecciones generales. Un micrófono abierto permitió escuchar a José Luis Rodríguez Zapatero confesando que “nos conviene que haya tensión” y “voy a dramatizar un poco”. Y la pregunta que surge es: ¿puede una mera tensión teatral modificar los resultados de unas elecciones? La respuesta sería negativa si aceptamos que todos los ciudadanos votan tras sopesar concienzudamente los pros y los contras de los programas electorales pero ¿qué pasaría si no fuera así?

Bryan Caplan, profesor de economía en la Universidad George Mason (Virginia), sostiene que una parte de los electores vota bajo el influjo de emociones, impulsos o creencias erróneas, que no se molestan en corregir, porque eso les hace sentir bien. Es lo que el autor llama el “votante irracional”. Se trataría de una persona que, en el resto de aspectos de la vida compararía adecuadamente las opciones disponibles, eligiendo aquélla que considera mejor para su bienestar e intereses, sin dejarse cegar por impulsos. Puede ser un trabajador ejemplar y un consumidor prudente pero no actúa con el mismo celo ni muestra la misma coherencia cuando decide qué papeleta introducir en la urna. Esto es así porque percibe que el voto tiene consecuencias diferentes. Si fuese irracional en su trabajo o comprase guiado sólo por sus impulsos, los perjuicios de esas acciones recaerían sobre él. Sin embargo, su voto individual nunca va a afectar al resultado de las elecciones, ya que es uno entre millones. Puede permitirse el lujo de satisfacer ahí sus impulsos y emociones porque sabe que esa acción concreta no le va a perjudicar. Por ello, tampoco se mostraría muy dispuesto a dedicar tiempo y esfuerzo para obtener información sobre las propuestas ni sobre las consecuencias de las políticas.

Es evidente que gran parte de los electores atiende a argumentos y razones pero existen ciertos indicios para admitir que el voto irracional, tal como lo define Caplan, también puede haber representado un papel de relativa importancia en España, al menos hasta ahora. Entre ellos, la vehemencia con la que la que muchos ciudadanos se han alineado con alguno de los partidos dominantes, con independencia de su gestión. Y no se trataba exactamente de una adscripción ideológica: en el fondo, los programas de los partidos mayoritarios nunca han sido muy distintos. Subyacía, en muchos casos, un sentido de identidad o pertenencia, exacerbado en el caso de los partidos nacionalistas, cuyo leitmotiv parece consistir más en lo que son que en lo que hacen. Tampoco es descartable que ciertas características de nuestro sistema político puedan haber contribuido a fomentar este tipo de voto.

La estrategia de Rubalcaba se interpretaría entonces como un intento de agitar las emociones de aquellos votantes que, aún identificándose por alguna pulsión emocional con el Partido Socialista, han decidido racionalmente no votarlo ahora, debido a la mala gestión del gobierno. Se trata de repescar como votantes irracionales a algunos de los que se han trasladado esta vez al lado racional y, para ello, es necesario plantear las elecciones como una “pelea”. Sin embargo, es muy probable que esta dramatización vaya a tener bastante menos éxito que la de Zapatero en 2008.

Actuar por impulsos o emociones constituye un lujo que muchos electores sólo parecen permitirse cuando su situación es desahogada. Con una economía en pleno crecimiento y disfrutando de empleo e ingresos suficientes, el elector no se juega demasiado si apoya aquellas políticas que suenan bien aunque no tengan sentido alguno. No resulta tan sorprendente que hayan gozado de popularidad algunos argumentos que ocuparon la agenda de los gobernantes durante las dos últimas legislaturas, tales como la ideología de género, las alianzas de civilizaciones, la corrección política en el lenguaje u otros igualmente superficiales, inútiles y puramente emocionales, en detrimento de una gestión austera y eficiente de las cuentas públicas. Sin embargo, cuando la crisis amenaza el futuro de las familias y el desempleo acecha, muchas menos personas están ya dispuestas a movilizarse por semejantes astracanadas.

Quizá éste haya sido el acierto de la estrategia electoral de Rajoy: entender que en medio de una profunda crisis económica, los electores atienden poco a las apelaciones emocionales y evitar en su discurso cualquier elemento que pueda crear alguna tensión. Ahí está la clave: en momentos de aprieto y necesidad, los votantes son mucho menos irracionales de lo que el señor Rubalcaba parece creer.
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6 comentarios:

  1. La cuestión es que todos los españoles vean la sinvergonzonería que tiene el PSOE, en la persona de Rubalcaba, mago de la mentira y de la falsedad, de presentarse a las elecciones, después de haber dejado al pais donde está.

    Todo el gobierno, con minúscula debería estar siendo juzgado, como en Islandia, Es un escarnio los salarios y prebendas que tienen por no hacer nada bueno. si lo hicieran quizá tendría un pase, pero es que nada de nada.

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  2. LA POBLACION CIVIL DE ESTE PAIS ESTA ANESTESIADA ANTE ESTA DESCUMUNAL INJUSTICIA EN UN ESTADO DE FARSANTES QUE NO REPRESENTAN MAS QUE SUS PRIVILEGIOS COMO FALSOS REPRESENTANTES Y ESTAFADORES PUBLICOS RECONOCIDOS E INMUNES A SUS DELITOS POR SUS PROPIAS LEYES DISEÑADAS A TAL FIN Y A LA REPRESION CONTRA TODO EL QUE LES CONTRADIGA.
    LO OCURIDO EN ESTOS SIETE AÑOS ES PARA QUE EN ESTAS ELECCIONES EL MAL LLAMADO PSOE SE QUEDARA RELEGADO DE TODA REPRESENTACION PUBLICA POR SU TRAICION A TODOS SUS VOTANTES Y EL CONJUNTO DE LA CIUDADANIA SUS ACTUACIONES TIPO MAFIA EN LA UTILIZACION DE LAS INSTITUCIONES PUBLICAS Y MANIPULACIONES ANTIDEMOCRATICAS Y CACIQUILES QUE NOS HAN PUESTO EN LA TOTAL RUINA A INFINIDAD DE CIUDADANOS MIENTRAS ELLOS SE BLINDAN DE PRIVILEGIOS Y SE ENRRIQUECEN DESDE LOS FONDOS PUBLICOS ILICITAMENTE SIMUNTAMEAMENTE RECORTAN DERECHOS A LA CIUDADANIA MAS DEBIL CONDEMANDOLES A LA PRECARIEDAD ABSOLUTA Y DEJANDONOS SIN POSIBILIDAD DE FUTURO EN LA MAYOR ESTAFA GUBERNAMENTAL DE LA HISTORIA.
    POR TODO ESTO DESDE DEFENSA CIVIL PEDIMOS EL VOTO DE CASTIGO CONTRA ESTE PARTIDO Y JUSTICIA CONTRA LA ESTAFA EJERCIDA POR SUS DIRIGENTES .
    FUERA PSOE
    FUERA RUBALGALFAISAN Y EL RESTO DE ESTAFADORES PUBLICOS.
    UNETE PASALO

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  3. Los gobernantes son el reflejo de sus gobernados.
    Pero ni todos los cargos públicos son chorizos, ni todos los ciudadanos españoles somos chorizos, estafadores, especuladores ni descerebrados. Es desesperante, sí, que los dirigentes de TODOS los partidos (a excepción de UPyD, de momento....) sean más o menos corruptos pero es más desesperante una sociedad analfabeta funcional, sosteniendo a esos dirigentes porque, salvo exabruptos vertidos en los distintos foros que no sirven más que para desahogarse y los demás digamos de él "a este se le fué la olla", la sociedad está bastante desvertebrada como para que con sus acciones conjuntas sea tomada en consideración. Una peniña pero es lo que hay. Y no sé cuántos siglos habrán de pasar para que nos cambie el chip que nos haga comportarnos -políticamente- de otra manera.

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  4. Los pardidos polìticos que tovavia no son corruptos es porque no tienen el poder suficiente para serlo.

    Solo es cuestión de tiempo, la cabra tira al monte.

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  5. El fín de un partido político es apoderarse de su parte del botín

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  6. Vota sociata, así podremos seguir en un piso sin pagar al casero. A mi no me echa nadie de la casa en que estoy y menos el casero. Que se aguante. Con los sociatas podemos okupar más casas.

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