lunes, 9 de enero de 2012

El Gobierno puede y debe hacerlo mucho mejor

Javier Benegas [en Vozpopuli.com]
Hasta la fecha, las familias han podido suplir a duras penas las falacias del Estado de bienestar, dando techo y un plato caliente a muchos de aquellos que, batidos por el vendaval de la crisis, han tenido que volver a recalar en el hogar paterno con el rabo entre las piernas. Pero, según se vaya degradando más la economía – y aún queda mucho margen para ello –, esa calma social, fruto de la abnegación de nuestros padres y abuelos, irá tornándose tormenta. Y, llegado el caso, no será una indignación manipulable sino rabia ciega lo que haga que una parte importante de la sociedad se revuelva, primero, contra el Gobierno, después, contra toda la clase política y, finalmente, contra cualquiera. Y esto es lo que hay que evitar a toda costa haciendo por fin lo correcto.

Quiebras en cadena sin ningún proceso judicial a la vista

Lo que estamos viviendo en estos días aciagos no es ninguna minucia. Más allá del enésimo expolio a las rentas de la clase media y del hiriente despropósito de condecorar a los principales responsables de la catástrofe en curso – los mismos que siendo amantes de los pobres se han dedicado en cuerpo y alma a crearlos por millones durante las dos legislaturas pasadas –, asistimos a la escenificación de paradojas sangrantes, como el juicio a cuenta de unos trajes al que hasta ayer era ordeno y mando en el reino de Valencia. Un circo judicial que, pese al interés mediático, permite dejar en segundo plano la responsabilidad del personaje en la, cuando menos, dolosa quiebra de una región rica y próspera. Difícil explicar con palabras lo que supondrá para la sociedad valenciana, en el contexto de esta crisis económica, verse en la tesitura de hacer frente a una deuda pública que supera de largo los diez dígitos. Una Pobreza sobrevenida que habrá que sumar a la ya existente y que pesará como una losa de cara a cualquier posibilidad de recuperación futura. Pero lo sucedido en Valencia es aplicable, en mayor o menor medida, al resto de comunidades de España. Por todas partes asistimos a palmarios ejemplos de que, en este desdichado país, hacer política ha degenerado en un ejercicio de saqueo permanente. Y que para llegar a rey de taifa, lejos de ser preciso acreditar una formación suficiente y una moral a toda prueba, es condición indispensable tener un rostro más duro que el granito.

De la pantomima del periodismo de trinchera a la alienación ciudadana

A propósito de las poco afortunadas primeras medidas contra la crisis, los medios amigos y enemigos, todos bastante más que caninos, chantajean al nuevo gobierno con columnas incendiarias. Y más que sesudas críticas, proliferan los artículos que hieden a gamberrada y a desesperados intentos de recibir contrapartidas económicas a cambio de silencio. Por lo demás, su contribución a la causa de la Verdad se limita a difundir con entusiasmo las filtraciones sobre escándalos contados que, por exigencias del guión, son debidamente segregados de la parte mollar de la corrupción, esa pandemia nacional que está causando estragos.

"La calle demanda soluciones al grave problema del paro, sí. Pero también ejemplaridad y reciprocidad en cantidades industriales, ni más ni menos que en medida estrictamente proporcional a la dimensión del desastre. Lo que equivale a tener que meter el cuchillo hasta el mango en la actual estructura del Estado y, también, en los privilegios de los partidos políticos, sindicatos y asociaciones de empresarios mucho más allá de ese patético 20% de descuento en las subvenciones que reciben"

De las verdaderas razones que atañen a la ruina de ayuntamientos y comunidades autónomas poco o casi nada se debate, informa o investiga, pues, de hacerlo, muchos tendrían que denunciar las malas prácticas de los partidos que les sustentan. Y la misión principal de estos tertulianos de la corte es entretener y mantener unidos a los simpatizantes de uno y otro partido o, en su defecto, de sus facciones internas, echando a los leones, para alborozo de la concurrencia, a unos cuantos sinvergüenzas caídos en desgracia. Un perverso juego de divertimento y engaño en el que el público, de un color u otro, se reconforta al ver en apuros al personaje de turno, olvidando que son ellos, los espectadores, quienes son conducidos al sacrificio.

A los ciudadanos comunes y corrientes, aquellos a los que Mariano Rajoy antes de ser Presidente se refería a menudo como “las personas normales”, se hostiga desde todas partes. En los últimos años, no sólo se ha invadido el ámbito de su privacidad mediante el abuso legislativo, sino que se les ha tratado como a seres incapaces. Y ahora, para rematar la faena, se mete la mano en su cartera. Por contra, sus legítimas inquietudes siguen sin encontrar eco en el Congreso de los Diputados, lo que incrementa la sensación de que la política sirve a intereses distintos de quienes pagan la fiesta. El desafecto hacia los gobernantes va camino de convertirse en un problema irreversible. La clase política es, a los ojos de la calle, una nueva nobleza que acumula cargos y privilegios con derechos sucesorios. Y poco ayuda que los personajes influyentes que se vislumbran entre bastidores sean los mismos de siempre y que los contados nombres nuevos que llegan a la política lo hagan empujados por sus ilustres apellidos o por el empeño de las fundaciones de los partidos, verdaderos invernáculos de políticos profesionales que, para mayor escarnio, son sufragadas con el dinero del contribuyente.

Muy poco margen para el error

De lo que todos deberíamos ser conscientes, y muy especialmente los miembros de este nuevo Gobierno, es que estamos ante la penúltima oportunidad de enmendar los graves errores que nos han llevado al fondo del abismo y evitar que el país entero entre en implosión empujado por esa marea de pesimismo y hartazgo que va en aumento desde hace años. Es evidente que va a ser muy difícil, por no decir imposible, que los españoles vayan a asistir impasibles a una nueva legislatura por entregas, de medidas y reformas llenas de decepción y sorpresa, silencios recurrentes rotos por verdades a medias y clamorosos errores de comunicación. La calle demanda soluciones al grave problema del paro, sí. Pero también ejemplaridad y reciprocidad en cantidades industriales, ni más ni menos que en medida estrictamente proporcional a la dimensión del desastre. Lo que equivale a tener que meter el cuchillo hasta el mango en la actual estructura del Estado y, también, en los privilegios de los partidos políticos, sindicatos y asociaciones de empresarios mucho más allá de ese patético 20% de descuento en las subvenciones que reciben.

Salvar y modernizar España requiere de esa incineración heroica del Gobierno que prometió quien ahora es Presidente, y en la que no cabe el cálculo político por más que se ponga en riesgo la posible mayoría absoluta del PP en Andalucía y, con ella, determinadas lealtades. Quizás la cuestión consista en reordenar prioridades y ser leal a los ciudadanos antes que a nadie. De lo contrario, lo que podría terminar incinerado es el país entero.

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5 comentarios:

  1. Veo difícil que este u otro de los gobiernos que puedan salir de las filas de los partidos que nacieron a la muerte de Franco, quieran cambiar algo. Eso sí sería un harakiri y no lo de las cortes de aquel momento. Tumbar el innecesario despilfarro autonómico, con todos los organismos oficiales, cargos y prebendas que le cuelgan, es un sacrificio que no están dispuestos a hacer, aunque ello signifique llevarnos a todos a la ruina. Como van a cortar la hemorragia de gasto público real, si el "independiente" Rajoy ni siquera se atreve a meter mano a las cajas, que son las que de verdad aumentan nuestra prima de riesgo. Primero subir los impuestos, que así tenemos dinero rápido aunque se hunda el consumo y con ello el empleo. Los de las cajas y nuestros hombres ( y mujeres) de las autonomías pueden esperar, y los que vengan detrás que se ahoguen durante décadas en la deuda que les vamos a dejar. Sentido de Estado, lo llaman.

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  2. No han entrado con la intención de incinerarse, Javier, ¡ojalá y que así sea!. Este Gobierno no se ha enterado del lanzamiento por la ventana del socialismo tras la patada electoral y actúa como si se tratase de un relevo civilizado y en época de prosperidad de las Instituciones de Gobierno. Pues miren por donde, no. Todas las carteras, todos los ministerios estaban trufados, plagados de ideología, cuotas, nepotismo, y un surtido de desvergonzados expoliadores y defraudadores. ¿Con qué cara aplauden ustedes, señores y ministrables del PP, a los fantoches salientes? ¿Cómo no han rebajado con la ironía o con el gesto la concesión de medallas y menciones a los ministros socialistas? Ustedes se degradan al firmar o acudir a tales celebraciones oficiales en lugar de poner patas arriba los ministerios y seguir la pista de los que han sido "re ubicados" en organismos internacionales con dinero público - ese dinero o esos compromisos que ustedes tendrán que dar por buenos. Dentro de España les quedan a ustedes, señores "peperos" los jerifaltes que han convertido el expolio en cuentas bancarias , bienes inmobiliarios y negocietes...¡a ellos! ¿Y si no qué?

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  3. El Presidente del Gobierno Español,Mariano Rajoy deberia inmediatamente imponer una tasa a las grandes fortunas,deberia imponer una tasa turistica a todos los turistas extranjeros que visiten España,y deberia imponer una tasa a los envios de dinero de España al exterior(especialmente a los inmigrantes),y deberia imponer una tasa a todos los inmigrantes que quieran renovar su tarjeta de residencia en España.Y tambien Mariano Rajoy deberia cerrar todas las televisiones publicas autonomicas que hay en España,y deberia pedir a la Comision Europea que prohiba bajo pena de carcel a las Agencias de Calificacion de Rating calificar la deuda de paises rescatados o intervenidos como Grecia,Irlanda,Portugal,España o Italia,y deberia pedir a la Comision Europea que expulse a Alemania fuera del euro,y deberia pedir a la Comision Europea que haga que el Banco Central Europeo compre toda la deuda publica española,y deberia pedir a la Comision Europea que emita eurobonos de forma inmediata.

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  4. EE.UU., LIBERTAD, DERECHOS CIVILES, PROPIEDAD, PRIVACIDAD, EMPRENDEDORES. estado para la Unión.

    ALEMANIA, TRABAJO, CALIDAD, DESARROLLO, CULTURA, APERTURA. estado operativo.

    ESPAÑA, gandules, chapuza, casta politico-funcionarial, incultura, subvenciones y corrupción, impunidad delictiva, fiesta, ...y paternalismo catolico. estado dominante incompetente.


    TODO ATADO Y BIEN ATADO PARA IR A LA QUIEBRA CONTROLADA Y SER PROTECTORADO SUREUROPEO BERLINÉS, VENDIENDO PARCELAS A CHINA Y LOS JEQUES AMIGOS DE LA CASTA POLITICO-FUNCIONARIAL ESPAÑOLA, ya sin monarca...

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  5. Seguimos como hace 200 años, cuando Fernando VII nos abandonó a nuestra suerte ante Napoleón.
    Por ello, El Pueblo español no debe confiar en sus gobernantes, sino considerarlos enemigos y someterlos a su Soberana Voluntad.
    Para ello ha de salir ordenadamente y periódicamente a la calle para
    exigir el adelgazamiento de las instituciones y sus cargos, y la modernización de su democracia utilizando la tecnología disponible.
    La democracia hoy en día no debe ser representativa sino funcional. Ya que es posible votar todo, por todos, desde un ordenador.
    Hay que exigir conseguir una preparación técnica o funcional para todos los trabajadores para que sean capaces de trabajar en empresas tecnológicamente punteras, que a su vez tienen que crearse con políticas que favorezcan su inmediata proliferación.
    Sólo devolviendo la responsabilidad al Pueblo y con las anteriores medidas,la crisis económica y social desaparecerá.

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