lunes, 6 de febrero de 2012

La amenaza de la concentración bancaria

Javier Benegas [en Vozpopuli.com]
Por motivos de fuerza mayor, en la economía española se va a producir un nuevo proceso de concentración. Esta vez en el sector financiero. Y si bien dadas las circunstancias es inevitable, sin duda tendrá efectos negativos a medio y largo plazo. Y para sostener tal afirmación, bastaría con repasar nuestra historia económica más reciente y comprobar las ventajas e inconvenientes que han supuesto los procesos de concentración precedentes en otros sectores.

En esta ocasión, la futura concentración bancaria viene a sumarse a la quiebra de las cajas de ahorro y su desaparición, absorción o reconversión en bancos comerciales. Y ambos acontecimientos suponen en la práctica certificar el fin de una peculiar red capilar de microcréditos que había sido hasta la fecha uno de los principales soportes de nuestra economía. Pues España no es un país donde proliferen las grandes empresas, sino que, muy al contrario, la parte nuclear de nuestra actividad productiva depende de autónomos, microempresas y pequeñas y medianas empresas, los cuales dependen a su vez de pequeños créditos concedidos de forma ágil y rápida y en base a criterios algo más flexibles que los que imperan en la banca comercial. De cara al nuevo escenario que se avecina, también conviene señalar que no se ha establecido de manera fehaciente que existan economías de escala en la banca. Por lo que disponer de entidades de mayor tamaño no traerá consigo los beneficios de una reducción de costes.

La ley del embudo y el fin de la red capilar del crédito

Pese a que hay quienes aseguran que las cajas de ahorro ya no eran necesarias y no debemos llorar su desaparición, en una economía como la nuestra esta afirmación resulta demasiado interesada. En las cajas, los factores de reputación y relación, y no sólo el de solvencia y rentabilidad, hacían posible una financiación muy eficaz y extendida que generaba grandes beneficios en la sociedad, pues con ella se abrían pequeños negocios, se ampliaban los ya existentes, se consumía y se creaba puestos de trabajo en todas partes del territorio nacional. De esta forma, la economía funcionaba razonablemente bien, aunque siempre con la asignatura pendiente de que las pequeñas y medianas empresas no terminaban de crecer en una proporción similar a la de los países de nuestro entorno.

Por ello, la politización de las cajas de ahorro supuso un enorme quebranto para nuestra economía. Primero, al expulsar gradualmente de ese sistema capilar de financiación a los particulares, autónomos y pequeñas empresas – los más necesitados y, también, los más productivos –, y finalmente, al estrangular por completo el flujo de microcréditos. Ahora, con la concentración bancaria, todo el sistema financiero y la capilaridad del crédito quedará en manos de un número muy reducido de entidades, cuyo criterio fundamental a la hora de conceder préstamos es la solvencia material del solicitante y su posibilidad de avalar hasta el último céntimo. Dicho con las palabras de Bob Hope, un banco es un lugar que te presta dinero siempre que demuestres que no lo necesitas. Así, la antigüedad del cliente o el valor de su iniciativa perderán peso y los factores de relación y reputación desaparecerán, dando paso a criterios basados estrictamente en la rentabilidad que el banco obtendrá al conceder un crédito y las garantías de solvencia del solicitante. Es decir, el particular deberá asumir el cien por cien del riesgo y, además, soportar unos costes financieros más elevados, lo que supondrá desincentivos añadidos a los ya existentes a la hora de crear una nueva empresa o negocio.

Un futuro inquietante

Esta tendencia imparable hacia la concentración, que ha terminado imponiéndose en sectores estratégicos como el de la energía, las comunicaciones, la ingeniería y la información, está sometiendo al resto de agentes económicos a la ley del embudo. Y no sólo porque estas actividades y las condiciones de su oferta afecten directamente a la competitividad del conjunto de la economía y a la generación de riqueza, sino porque también condicionan la libertad de decisión y la iniciativa de los demás agentes económicos por otras vías.

Ahora, con la concentración bancaria, la situación no sólo promete volverse aún más complicada para el ciudadano común sino que, también, se vuelve más inquietante. Por ejemplo, ¿alguien se ha parado a pensar en el enorme poder que pueden llegar a tener los bancos resultantes de este proceso de concentración sobre la inversión publicitaria, bien como poderosos anunciantes, bien como financiadores, y el impacto que esto tendrá sobre cualquier remota posibilidad de independencia de los medios de información? ¿O cómo un sector financiero en manos de unos pocos puede convertirse en la llave con la que abrir o cerrar la puerta de forma discrecional a iniciativas empresariales de cualquier tipo?

Si a todo esto sumamos que, debido a las deficiencias de nuestro sistema democrático, se ha producido también una concentración en el poder político, el inevitable entendimiento entre las oligarquías empresarial y política se convierte en el principal obstáculo para un crecimiento económico estable y duradero. Pues, por lógica, será muy difícil que el legislador tome las decisiones correctas cuando éstas colisionen no sólo con sus propios intereses sino, también, con un poder económico cerrado y muy poderoso.

En conclusión, durante estos 5 años de crisis, las alternativas que el poder político nos ha terminado por ofrecer han sido dos: una gestión más eficiente (tecnocracia) o un mejor reparto de la riqueza (socialdemocracia). Pero en ambos casos sin desbordar los límites que el sistema impone. Por lo tanto, optar por una mayor eficiencia en la gestión o una presunta mayor magnanimidad en el reparto no supondrá grandes diferencias en el medio y largo plazo, pues, en ambos casos, la riqueza real, lejos de aumentar, tenderá a disminuir. Y no sólo seremos más pobres sino, también, menos libres. La concentración bancaria será, en este sentido y en el medio plazo, un nuevo obstáculo en nuestro camino hacia una economía de acceso libre.

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10 comentarios:

  1. Benegas suscribo absolutamente tu analisis absolutamente realista y preventivo de lo que se nos avecina, lo malo es que ni los politicos ni los banqueros van a renunciar a su estatus ni a los privilegios obtenidos, pervirtiendo el sistema en su beneficio, por ello la sociedad civil victima de estos satrapas y o se defiende o seguiran arrinconandola, exprimiendola y esquilmandola hasta llevarla al hambre la miseria y la absoluta extinción.
    Es urgente, imprescindible y necesario que tomemos conciencia del peligro que corremos, y que la amenaza del poder no descansa ni de día ni de noche, que son insaciables, y que para cuando quieran darse cuenta, de que acabando con la sociedad civil a ellos tampoco les quedará nada que esquilmar, ellos tendrán los bolsillos llenos para sobrevivir pero nosotros ya estaremos muertos.
    Pues si es una cuestión de supervivencia amigos, no hay tiempo que perder, MAÑANA PUEDE SER TARDE, organicémonos y paremos esto de inmediato o no nos salvará nada, estos depredadores carecen de principios y no se detendrán hasta extinguirnos.

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  2. Yo lo que creo es que nos toca a nosotros dar la espalda a la banca. Sacar el dinero del banco, solo ir ingresando como necesitemos lo justo para pagar los recibos. Acabar la hipoteca de pagar y no pedir jamás otra hipoteca ni crédito de ningún tipo. Ahorrar y con el dinero en mano comprar.
    Las cajas hace tiempo que ya se comportan así, no conceden créditos, ni hipotecas ni ico, están ávidos de nuestro dinero, han conseguido una parte de nuestro dinero a través de las hipotecas. Se están replegando cual sunami, juntándose, subiendo la ola, no se lo que será lo siguiente cuando esa alta ola descargue sobre la clase media-baja de nuevo.

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  3. Así es, yo desd hace ya dos años no ingreso nada en los bancos ..lo dejo en casa bien guardadito, solo lo saco para ir a pagar recibos, y me va la vida de maravilla,contribuyo a no pagar parasitos eso sí los impuestos no hay forma de quitarlos como el IVA sangrante creditos ni una e hipotecas menos...jajaja para pagar 10 años de intereses parasitos...me los gasto en lo que YO quiera. :)

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  4. Buenas soy MOL. Mi casero me ha denunciado, llevo 7 meses sin pagarle y no pienso darle un duro. El día 24 me vienen los del juzgado. Voy a liar una con todos los okupas de entrevias, que se van a enterar. A mi no me echa nadie. Esta casa ya es mia y el antiguo propietario que se vaya a tomar vientos. Para eso me la dio. Je je soy un listo, a mi me la van a dar.

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  5. igual que los pisos cierre al credito y anuncios de los bancos fraudulentos de cebo para aquilosar el mercado no buscan vender buscan aniquilar a la putaclasemedia en que nos han convertido esclavos del estado vampirico y la misma fobia bancaria politicuchos que se critican a la vez que se medallean y pactan pues bien cada vez somos mas los que retiramos el culo y nos crecen las garras no hay mas temible ser del que nada tiene que perder ya que le han robado hasta la esperanza como dijo la emperatriz china a las potencias en el siglo Ix dejad que china duerma porque cuando despierte el mundo temblara asi la inmensa plebe din trabajo sin casa y sin esperanza nada le queda mas que dignidad ojito al pueblo sodomizado esto puede debe explotar dios nos coja confesados y a ellos condenados

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Esto lo que va a suponer en principio es una pérdida masiva de puestos de trabajos, eres, etc. aparte de lo demás.

    Sigamos con el cachondeo.

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  8. Ya ha llegado el momento, o nos revelamos contra todos estos politicos, banqueros, y casta parasitaria, o ellos van a acabar con nosotros. Mirad, entrar en el euro ha sido nuestra ruina, y en la Union Europea, ya que está haciendo que perdamos nuestras señas de identidad, del emprendimiento, de la iniciativa, de nuestro valor como país, nuestro patrimonio cultural, riqueza artistica, gastronomía, clima. Todas las buenas costumbres las estamos perdiendo, y todo para ser exclavos de una oligarquía poderosa que nos lleva inevitablemente al hambre, a la miseria, y a la extinción. Ya sólo nos queda una alternativa. Sacar nuestro dinero de los bancos y cajas lo antes posible, y dejar que caigan. El dinero les hace poderosos, sin él no lo serán tanto, y podrán derrumbarse. Pero si mantenemos nuestro dinero en ellos, nos lo irán quitando hasta que nos dejen sin nada. Van a eliminar a mucha gente, y si no reaccionamos a tiempo, no quedará nadie para contarlo, sólo ellos, los sinverguenzas que se han forrado a costa de los demás, y que han destruido la economía de este país. O los eliminamos nosotros o nos eliminan a nosotros, no hay más opciones. Luchar con orgullo e inteligencia, o moriremos sin dignidad como animales que llevan al matadero, cada uno es libre de elegir lo que quiere hacer: ser activo o ser pasivo, no hay más. Animo, y unamonos en el objetivo de la supervivencia amigos/as. Gracias. Fuerza y Honor.

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  9. debiera preocuparnos mas el vivir fuera del sistema a esta orilla del ebro en el pais que nunca fue ni nunca lo es ni sera con la lengua bifida una porcion mas obligada no se queja no se chilla no se muerde solo ppsoeciuiuerculoponer y como zoombis pagamos a 2 euros nuestro transporte para esquilarnos a su antojo como zoombis solo nos queda devorarlos devorarnos o morirnos de hambre plena y subita

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  10. Javier, muchas gracias por los análisis que haces de las situaciones de lo que sucede en nuestro país. Lo que siempre ha funcionado mejor en las personas es el Sentido Común que, visto lo visto, es de lo que carece la clase gobernante. Me da la impresión de que ese sentido común es lo que va a salir con más intensidad a la calle y en lo qe necesitamos.
    ¡Enhorabuena!

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