sábado, 18 de diciembre de 2010

¿Por qué no funciona bien el sistema político español?

Juan Manuel Blanco
La política española sufre unas evidentes carencias en todos los aspectos: escasea la confrontación de ideas y el debate racional mientras avanza la corrupción, la pérdida de credibilidad de las instituciones y la tendencia a la adopción de medidas llamativas y cortoplacistas sin que existan proyectos serios de largo plazo ¿Cuáles son las causas de este deterioro? La clave se encuentra en un erróneo diseño de nuestro sistema político y en la resistencia de los partidos políticos a acometer cualquier reforma cuando se han ido comprobando los nefastos resultados.

Para que un sistema democrático funcione correctamente no basta con que los ciudadanos puedan votar y exista un régimen multipartidista. El voto es imprescindible pues constituye un control último de los electores a los gobernantes contra la tendencia al abuso y a la arbitrariedad pero resulta claramente insuficiente ya que constituye un control muy indirecto y su ejercicio demasiado dilatado en el tiempo. Una democracia necesita, además, otros elementos que impongan unos límites claros al ejercicio del poder y establezcan unos mecanismos de control permanentes: a) una Separación de Poderes efectiva entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial, que establezca unos sistemas eficaces de vigilancia mutua y control entre ellos, sin que ninguno pueda prevalecer sobre los otros dos b) un sistema directo de representación y exigencia de responsabilidades a los representantes por parte de los electores, c) unos mecanismos adecuados de selección de los políticos, obligándoles a someterse previa e individualmente al escrutinio público antes de ocupar cualquier cargo y d) una prensa libre e independiente que proporcione la información veraz con la que los votantes puedan elegir.

El sistema político español no cumple ninguno de estos cuatro requisitos. La separación de poderes ha desaparecido en la práctica y los mecanismos de control del poder político hace tiempo que no funcionan correctamente, el principio de representación apenas existe, los sistemas de selección de los políticos resultan perversos y la prensa es cada día más dependiente del poder.

En España no existe un poder legislativo independiente. Las decisiones importantes las toman las direcciones de los partidos políticos y las trasladan al parlamento a través de la disciplina de voto. El legislativo no lleva a cabo, en la práctica, ninguna de las funciones que tiene encomendadas: ni controla al gobierno, ni hace las leyes, ni ejerce la representación de los ciudadanos. No controla al gobierno pues el voto de cada parlamentario no depende, en absoluto, de cual haya sido la acción del gobierno. Con independencia de que el gobierno lo haga bien, regular o mal, los diputados van a votar siempre lo mismo: lo que les ordene la dirección de su partido. Las leyes no las hace el parlamento sino que las elabora en realidad el ejecutivo y ordena a sus diputados votar a favor. Si el partido del gobierno no tiene la mayoría, el ejecutivo suele comprar, a otros partidos minoritarios, los votos que le faltan a cambio de generosas y arbitrarias concesiones a cargo del contribuyente.

Tampoco existe la representación directa. El sistema electoral se ha caracterizado por la total ausencia de una relación directa entre elector y elegido: no se vota al candidato sino a listas cerradas que elaboran las direcciones de los partidos políticos. No hay control de los ciudadanos hacia su representante pues, por lo general, nadie sabe quien le representa en el parlamento. El parlamentario individual no puede tener criterio propio, se convierte en una maquina de votar lo que le ordenan: ya no ejerce como representante de sus electores sino de la dirección de su partido. También es explicable que los debates en el parlamento carezcan casi por completo de argumentos ya que no hay que convencer a nadie: todos actúan por disciplina de voto. En conclusión, debido al sistema de elección por listas cerradas, el parlamento deja de representar la soberanía popular para representar la voluntad de las cúpulas de los partidos. Naturalmente que todo este funcionamiento no se limita a la política nacional sino que se reproduce (agravado si aun cabe) en los gobiernos autonómicos.

Partitocracia es el nombre que describiría mejor el funcionamiento del sistema político español. Se trata de una estructura política en la que son las direcciones de los partidos (y no los ciudadanos) las que deciden quienes serán los representantes y las que ejercen un control estricto sobre los miembros del parlamento, de manera que éstos no pueden tener criterio ni decisión propia. Dado que gran parte de los órganos de decisión del Estado (Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder Judicial y muchos otros) se “nombran” por el parlamento, esta preponderancia de las direcciones de los partidos se traslada a muchos otros órganos. No es extraño prever el voto de cada miembro de estos órganos conociendo cual fue el partido que lo propuso. Así, la partitocracia acaba vaciando de contenido una buena parte de los órganos del Estado porque las decisiones que estos órganos toman formalmente ya se han adoptado previamente en otros ámbitos: en la dirección de los partidos. La separación de poderes desaparece de hecho pues suele ser el jefe del partido mayoritario (generalmente también jefe del ejecutivo), quien toma realmente las decisiones por todas estas instituciones aunque ellas sean formalmente independientes. Además, debido a que los partidos políticos carecen de democracia interna, el Estado queda dominado por unas estructuras burocráticas sin control interno y un control democrático externo demasiado débil. Ante esta falta de mecanismos de control, la corrupción y la arbitrariedad tienden a generalizarse sin que haya forma de ponerles freno. Los gobernantes burlan las leyes o las hacen a su medida para preservar el poder y sus privilegios, a costa de los contribuyentes, sin que los ciudadanos posean mecanismos para defender sus derechos y corregir el flagrante abuso.

El sistema político español genera también una selección perversa de los representantes y gobernantes ya que los criterios que acaban contando para ser diputado (nacional o autonómico) o concejal no son necesariamente la valía personal o profesional ni la confianza de los votantes en esa persona sino otros como la lealtad al líder o una larga permanencia en el partido. Ante esta situación, son los militantes con menos escrúpulos y menos posibilidades de profesionales en el sector privado los que tienden a quedarse y dominar el partido en detrimento de aquellos con mayor cualificación profesional y mayor voluntad de servicio público, que experimentan una mayor tendencia a desistir y a abandonar la vida política. Se fomenta así la creación de una casta de políticos que hacen del cargo su forma de vida y tienden a considerar el Estado como un apéndice del partido, un gran paquete de puestos para repartir entre los más fieles. El mantenimiento en el poder se convierte entonces en el objetivo primordial de la acción política y la discusión entre proyectos políticos se sustituye por una lucha encarnizada por el reparto de los cargos.

Finalmente, la lucha partidista se extiende a una buena parte de la sociedad civil a la que los partidos intentan controlar: sindicatos, asociaciones empresariales, intelectuales, artistas etc. Utilizan para ello todo tipo de ayudas, subvenciones y, en definitiva, gasto clientelar, financiado con el dinero del contribuyente, para conseguir el apoyo. Así, muchas organizaciones sociales tienden a alinearse con un partido político, perdiendo también su independencia. En el caso de la prensa el control por parte del poder se ejerce a través de la publicidad institucional y de las concesiones administrativas a los medios audiovisuales. En definitiva, la independencia de la prensa y de los medios se ha ido reduciendo de forma alarmante en los últimos años, contribuyendo a degenerar todavía más la democracia en España.

Por todo ello, es imprescindible plantear, de forma urgente y sin complejos, la necesidad de acometer unas reformas que fomenten una representación más directa de los ciudadanos, garanticen una efectiva separación de poderes, provean un eficaz sistema de selección de los políticos, establezcan eficaces mecanismos de control del poder y eviten la influencia de los gobernantes en los medios de comunicación.

– Audio del artículo en mp3
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11 comentarios:

  1. De acuerdo en todo pero ¿Cómo y quién le pone el cascabel al gato?
    Es obvio que el sistema democrático, en general, y muy en particular, en nuestro país es una pura ficción, una absoluta falacia. No defiendo las dictaduras ¡¡¡Faltaba más!!! Simplemente estamos ante un final de ciclo histórico y la política tendrá que reinventarse. Pura lección de Historia.

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  2. SON UNA CASTA EGOCENTRICA QUE NO CEDERA EN SUS PRIVILEGIOS Y MANGONCIAS, EJEMPLO DE LA CORRUPCION DEMOCRATICA OCCIDENTAL Y LA DEGENARACION DE LAS SOCIEDADES CRISTIANAS TRADICIONALES.

    MUY MAL REMEDIO VEO A ESTO.

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  3. Sr.Juan Manuel Blanco: Me satisface hallarlo de nuevo en la red... extrañé mucho su ausencia, creo que súbita,del programa A Fondo de Enrique de Diego, recuerdo que solía simultanear su presencia con Javier Benegas a quien hace tiempo tampoco tengo el gusto de oir en tal programa... Bienvenido, pues sus palabras son muy esclarecedoras sobre los problemas económicos y sociales que Ud. trata con conocimiento y datos fehacientes.

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  4. El historiador Lord H.G.Chapman, en la prensa británica.

    …El golpe de Estado hace tiempo que se viene produciendo de forma sigilosa y taimada pero notoria, calamitosa, irreversible…Ahora con el asunto de los controladores ha sucedido una farsa militar, un golpe de efecto para demostrar otra vez la grosería pública que protagoniza la casta política en su totalidad.

    …Hasta hace poco, todavía existían opiniones que pensaban en una regeneración democrática del país. En estos momentos nadie serio duda, excepto los sectarios o incorregibles, que España camina hacia un proceso constituyente pleno de algaradas y convulsiones sociales. Cualquier actuación pública venidera, como unas elecciones, acelerará el proceso de descomposición política y social percibido desde hace muchos años.

    …La situación española es tan dantesca que el potencial colérico del pueblo ha venido empujando al Estado hacia la clandestinidad, prueba palpable de la incapacidad e indolencia gubernamental del Gobierno, de la Oposición, de las Instituciones. Hoy día puede decirse que España no tiene Estado en el mejor de los casos, y en el peor que sus restos están saqueando a manos llenas la Nación, además de insultar temerariamente a todos los españoles. No hay ningún pueblo en la historia que soporte mucho tiempo las actuales condiciones generales de vida del pueblo español y precisamente ese pueblo ha dado demasiadas muestras en su biografía para no seguir callado por más meses. El futuro inmediato anuncia sin titubeos un estallido social de categoría universal.

    …Es toda Europa y el mundo occidental el que está inmerso en un proceso histórico de cambio de paradigma político. Tal vez España sea un ejemplo de ese nuevo rumbo.

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  5. Contesto a mpmasso del 19 a las 01,23. Para esto prefiero una dictadura tipo franquista. Al menos entonces habia un "dictador" y ahora hay 17+ y antes nos tomarian el pelo pero ahora nos toman el pelo y se burlan de nosotros. Ni estamos al final de un ciclo historico ni la politica hay que reinventarla. Esta todo inventado ya. SOLO HAY QUE SER HONRADO Y NO LADRON, PREPARADO Y NO ANALFABETO, BUENO Y NO PERVERSO, CRISTIANO Y NO MASON,
    RAZONABLE Y CORRECTO Y NO VENGATIVO. Algo asi como era Franco y no me da verguenza decirlo. Francisco Peña Montoro.

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  6. Mpmasso, precisamente los totalitarismos vinieron por causa de la corrupcion e incapacidad de las pseudodemocracias de finales del siglo XIX.
    Ahora, volvemos al siglo diecinueve y principios del 20, donde liberalismo y socialismo viven al margen de la soiedad.
    Sinceramente, prefiero a un dictador como Franco a esto.

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  7. La realidad, y los hechos, demuestran que el Sistema se vuelve endogamico con los intereses de quienes, partidos o grupos de poder, llegan a sustentarlo. evitando cualquier posibilidad de ruptura del Sistema tal como esta funcionando.
    como ejemplo ningun de los dos partidos mayoritarios cuando ha estado en disposicion ha realizado la modificacion de la Ley Electoral.

    Solucion: con el sistema actual imposible. cambio del sistema solo de forma traumatica, bien por union de los Ciudadanos ( imposible en España a dia de hoy), o por situacion insostenible social( en dos años estaremos en ella, con cerca de 7 millones de parados).

    Corolario: O realmente el Sistema de Poder actual se cerciora de la situacion a la que se esta enfocando el clima de insostenibilidad ( con el consabido problema de Lideres populares peligrosos) y con Union de los Interesados( politicos, y Poder) hacen frente comun y toman decisiones estructurales sociales y economicas( Industria, Nucleares, Reservas de agua, acuerdos comerciales a largo plazo con economias emergentes, capitales de inversion medio oriente y Asia). o quien sabe que puede pasar en situacion de Caos, donde la Historia demuestra que siempre ha sido horrible, solo ha habido una excepcion la Revolucion Francesa, todos los demas episodios han traido Guerras Mundiales y dictadores o Iluminados.

    un saludo

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  8. No sé por qué mezclan el cristianismo con la política. La religión se basa en las creencias y estas son gratuitas: cada cual puede creer en lo que mejor le parezca y hacer de ello una religión. Lo malo es cuando se convierte en una forma de vida y en este caso se funde con la política. El mal de este país es la ignorancia, la mediocridad, la falta de sabiduría. En la historia de los países más avanzados se sabe que siempre han sido los más sabios, ergo, los más ancianos, los que eran elegidos para orientar desde la experiencia, y enseñar desde la sabiduría, que no es más que la suma del conocimiento y la experiencia del mismo, pero en este país, entre unos y otros y con muy raras excepciones, nunca se aplaude al que más sabe. Más bien al contrario. Por lo que se cede el poder al primer advenedizo que se presenta a las elecciones, sin que se le conozca ni un mal test de personalidad, de valores, de inteligencia, de preparación, que tendría que ser imprescindible y básico para presentarse a cualquier cargo político, amén de la declaración de la renta, para saber qué se puede esperar de esa persona, aunque una vez en el poder, parece ser que todos hacen agua por el mismo agujero: el dinero y la corrupción.

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  9. Me gusta por su claridad y falta de agresividad muy constructivo.
    Apunta maneras, posibles salidas de la Gran Depresión del 2008.
    ¿Por què evitar la influencia de los gobernantes en los medios? ya han sido seleccionados y controlados, igual pueden aportar también.Felicidades

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  10. Imanol Azpicueta30 ene 2011, 21:10:00

    Estoy totalmente de acuerdo. En el sistema político español, los políticos han metido sus tentáculos en todos los órganos de poder impidiendo totalmente la independencia. Para mi el sistema Judicial es un ejemplo claro. El Poder Judicial está politizado y por tanto prostituido.

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  11. POR QUE NO FUNCIONA BIEN ESTE SISTEMA POLÍTICO ESPAÑOL

    Quiero comentar el articulo de D. Juan Manuel Blanco:
    Señor, nuestro sistema político (en tanto monarquía parlamentaria) es casi perfecto; diría que casi un 70%.Antes (quizás hace 15 años: un 90%) Es, pues, una monarquía democrática, que no una Democracia; porque la “Democracia” es sistema de índole republicana. Por tanto, no estoy de acuerdo en que “La clave se encuentra en un erróneo diseño de nuestro sistema político”. De hecho, usted mismo admite luego que “no basta con que los ciudadanos puedan votar y exista un régimen multipartidista.” Sí concuerdo con usted, en la estupidez de los dirigentes de partidos políticos de resistirse “a acometer cualquier reforma” La primera la de la Constitución.
    Por otra parte, admito sus puntos a y b; que bien podrían ampliarse más. En cuanto al punto c, es algo cuestionable, porque el “representante político” no cuenta, sino el partido político, como en los sistemas totalitarios. La mayoría de las veces son hasta desconocidos. Y en cuanto al punto d, no sea usted marcusiano: que la playa no está debajo del asfalto.
    Respecto a los tres poderes: todo cierto. Pero en verdad es una consecuencia de los gobiernos que hemos sufrido: han querido controlar a los ciudadanos cambiando y cambiando el sistema educativo, introduciendo partidarios en todos los entes sociales: asociación, fundación, peña, etc. y hacer una ley tras otra, hasta atosigarnos de leyes y reales decretos. No han sentido interés, pues, por constituir una “sociedad civil”, de darle fuerza y peso a los ciudadanos para avanzar, sino en desarrollar una “sociedad conservadora filial a sí”, llámese PSOE, PP, etc..
    En definitiva, estamos casi de acuerdo. Casi. Porque el sistema político entiendo el régimen, no los poderes políticos.Ya pedí algo parecido en un artículo.
    Saludos, Antonio Barrios Ruiz

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